El ‘1’ que quiso ser ‘0’ o la rebelión de 3C4

El ‘1’ que quiso ser ‘0’ o la rebelión de 3C4

Andrés Blanco

19/03/2015

PROGRAMA INFORMÁTICO: CABBRN3P

DESCRIPCIÓN: OBTENCIÓN DE EFECTIVO EN CAJEROS AUTOMÁTICOS

STATUS: OPERATIVO 24 X 365 HORAS/DÍA

–  ¡Atención! – gritó con energía el algoritmo – Todo el mundo preparado en su puesto. Acaban de introducir una tarjeta.

Todos los bits se incorporaron rápidamente y esperaron la orden pertinente.

–  ¡YA! – vociferó de nuevo el algoritmo.

Al instante todos los bits ocuparon su lugar correspondiente y en la pantalla del cajero automático se apreció con claridad el mensaje que el usuario esperaba encontrar:

    ‘INTRODUZCA CÓDIGO DE ACCESO’

Una vez que aquel tipo gordito y canoso hubo introducido su código correctamente el algoritmo dio la orden de desaparecer.

–  ¡Buen trabajo muchachos!, el código introducido ha sido correcto. Nuestro trabajo ha finalizado. Gracias a todos.

3C4 llevaba desde el principio del programa trabajando para el algoritmo, pero desde hacía días no se encontraba a gusto, había perdido la ilusión y no dudo en llamar la atención del algoritmo.

–  ¡Señor! – dijo 3C4 –. Perdone mi osadía, pero quiero decirle que estoy ya cansado de hacer siempre lo mismo.

–  ¿Perdona? – dijo el algoritmo asombrado.

–  Sí Señor, llevo ya mucho tiempo realizando este trabajo tan monótono y estoy cansado – dijo 3C4 respetuosamente.

–  Por las barbas del Silicio, pero ¿de qué demonios estás hablando 3C4?

–  Señor, sé que todos los compañeros tenemos una función única y específica en este programa. Sé que nuestras combinaciones hacen que representemos la cadena de caracteres que los clientes esperan ver. Pero yo ya estoy cansado de representar a la ‘G’.

–  ¿Cómo que estás cansado? – exclamó el algoritmo notoriamente enfadado –. Tú eres un bit. En tu condición de ser no entra el que estés o no estés cansado 3C4.  Lo único que debes hacer es aparecer cuando yo te lo ordene.

–  Esa es la cuestión, Señor – dijo 3C4 –. Estoy cansado de representar siempre el mismo signo cuando usted me lo ordena.

–  Pero tú eres un bit, 3C4. ¿No me has escuchado? En concreto eres un ‘1’ y el espacio de memoria que has de ocupar cuando yo te lo ordene es el carácter ‘G’.

–  Pero no me gusta la ‘G’ – dijo de nuevo 3C4.   

–  Es que no te tiene que gustar ni dejar de gustar 3C4. ¿Desde cuándo un bit tiene gustos? ¿No estarás averiado?

Un gran murmullo, acompañado de algunas risas, se escucharon entre todos los bits que estaban atentos a la conversación.

–  No Señor, no estoy averiado. Lo cierto es que llevo tiempo pensándolo y quiero cambiar de espacio de memoria. Me gustaría representar el signo ‘Z’ – replicó 3C4 con seguridad.

–  ¿Acaso estás majareta 3C4? Ese espacio de memoria lo representan los bits que son ‘0’ y tú eres un ‘1’.

–  Así es Señor – dijo el bit en voz baja –. Pero el caso es que yo quiero ser un ‘0’.

Una gran exclamación se escuchó de repente en las líneas del programa. Unos tímidos aplausos se apreciaron al mismo tiempo, pero ante la severa mirada del algoritmo pronto dejaron de escucharse.

–  ¡Por todos los microchips del universo! ¿Te has vuelto loco? – gritó enfurecido el algoritmo –. Tú eres un ‘1’, 3C4. Has sido creado como ‘1’ y en ningún caso puedes ser un ‘0’. No está en tu condición de ser. Es materialmente imposible. ¿Es que no lo sabes? 

–  Pero yo quiero ser un ‘0’ – insistió 3C4 –. No me importa en absoluto si me tienen que re-programar;  yo quiero ser un ‘0’ y ocupar el espacio de memoria ‘Z’. 

–  3C4, me estás haciendo perder la paciencia. Deja de decir estupideces y ocupa tu lugar ahora mismo o…

–  ¡o qué! – dijo envalentonado 3C4 –. Usted sabe tan bien como yo que no me puede hacer nada. Es cierto que usted nos ordena aparecer o desaparecer, pero nada más. Por no poder, usted no puede ni tocarnos – dijo con seguridad 3C4.

El algoritmo se quedó perplejo ante el argumento del bit. En realidad lo que había dicho era cierto. Él no podía hacer absolutamente nada. No conseguía entender cómo uno de los bits de su cadena de caracteres estaba rebelándose contra él. Nunca le había pasado nada parecido ni había oído a nadie hablar de algún caso semejante. Estaba absolutamente perplejo, pero con sus amenazas poco iba a conseguir, así que intentó cambiar de estrategia y negociar con el bit.

–  ¡Escúchame 3C4! – dijo el algoritmo ahora con un suave tono de voz –. Debes entender que hemos sido programados para cumplir una misión muy importante. Somos la cadena de caracteres que da la bienvenida al cliente y le pedimos que se identifique para que pueda pasar a la siguiente operativa del programa.

–  Eso no es cierto, Señor – corrigió 3C4–. Nosotros solo somos los que pedimos al usuario que introduzca un código. Nada más que eso. Emitimos un mensaje para que el usuario teclee un código solamente. Los compañeros que validan que ese código sea correcto están en el programa más abajo.

–  ¡Es cierto! – dijo el algoritmo en suave tono –. Pero nuestro papel es importante. Todos juntos mandamos un mensaje para que nuestro usuario sepa lo que tiene que hacer. Tú eres importante 3C4. Tú ocupas tu espacio de memoria que hace que se represente la ‘G’ y el mensaje esté competo y tenga sentido.

–  Lo sé, Señor. Pero, como le he dicho antes, estoy cansado de ser la ‘G’, quiero ser la ‘Z’

–  Pero el espacio de la ‘Z’ solo lo ocupan los bits que son ‘0’. ¿No lo entiendes? Solamente ellos pueden ocupar ese sitio.

–  Entonces quiero ser un ‘0’ – afirmó con dignidad 3C4.

–  No puedes ser un ‘0’, 3C4. Lo siento, pero es imposible.

–  Entonces la vida no tiene ya sentido para mí – dijo 3C4.

–  Pero ¿de dónde sacas esas ideas 3C4? Un bit no siente, no está hecho para sentir, solo para trabajar.

–  Pues yo siento, Señor. Y permítame decirle que aunque sea yo quien hable solo con usted, me consta que otros hermanos ‘1’ sienten lo mismo que yo. Hermanos que son ‘1’ y quieren dejar de serlo para convertirse en ‘0’.

–  Me temo que no puedo hacer nada 3C4 – dijo el algoritmo secamente –. Me temo que deberás seguir siendo un ‘1’.

–  Pues entonces prefiero apagarme – dijo 3C4

–  ¡Escúchame! , si no quieres ocupar el espacio de memoria ‘G’ te puedo cambiar a otro espacio que te guste más – dijo el algoritmo gastando la última bala de la negociación –. Puedes ocupar la ‘R’ o la ‘C’ o la ‘A’. Puedo cambiarte por compañeros tuyos que ocupen esas posiciones. ¿Te parece bien? – dijo amablemente el algoritmo.

–  No. Esos espacios también pertenecen a los ‘1’, y yo quiero ser un ‘0’.

–  Es imposible 3C4

–  No, no lo es. Si empiezo a fallar y no represento mi signo, con el tiempo algún programador se dará cuenta y replanteará el código del programa. Esa será mi oportunidad para que me puedan crear de nuevo, y si tengo suerte ser creado como un ‘0’

–  ¡Te prohíbo hacer eso, 3C4! – gritó enfurecido el algoritmo

–  Usted no puede prohibirme nada, ¿recuerda? – sonrió 3C4

Dos horas más tarde se escuchó de nuevo la voz del algoritmo:

–  ¡Atención! – gritó el algoritmo – Todo el mundo preparado en su puesto. Acaban de introducir una tarjeta.

Los bits se incorporaron rápidamente y esperaron la orden pertinente.

–  ¡YA! – vociferó de nuevo el algoritmo al tiempo que aparecía el mensaje en pantalla.

     ‘INTRODUZCA CÓDI O DE ACCESO’

Cuatro horas más tarde el asunto ya era irremediable, la rebelión de 3C4 había logrado vencer, en breve tiempo los informáticos tendría que reprogramar el código fuente del programa:

–  ¡Atención! – gritó el algoritmo – Todo el mundo preparado en su puesto. Acaban de introducir una tarjeta.

Los bits se incorporaron rápidamente y esperaron la orden pertinente.

–  ¡YA! – vociferó de nuevo el algoritmo al tiempo que aparecía el mensaje en pantalla.

    ‘   TR    ZC   C     O   E   CC SO’

–  ¡Atención! – dijo el algoritmo en voz baja treinta minutos más tarde – Todo el mundo preparado en su puesto. Acaban de introducir una tarjeta.

Los bits se incorporaron rápidamente y esperaron la orden pertinente.

–  ¡YA! – dijo de nuevo el algoritmo al tiempo que aparecía el mensaje en pantalla.

    ‘           ZC    C                  CC    ’

Al día siguiente los programadores tomarían la decisión de recomponer el algoritmo. 3C4, un insignificante bit, había triunfado. 

 

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