Querido Domingo
A pesar de ese sol resplandeciente que traes hoy contigo ,no logras avivarme,
Tu sombra se cierne cada semana sobre nosotras.
Apenas llegas ,nos ponemos en guardia, nos preparamos para ese lunes de quimio.
Hoy les rapé la cabeza a las dos.
Hacemos la maleta, ropa para cinco días. Cinco días más de quimio.
Un respeto silencioso campea entre nosotras. No hablamos de nada. Tenemos nuestra particular libertad. Aquí no nos atosiga el retraimiento. No existe el orgullo, y el ego se evapora en el exhorto cálido de nuestras miradas.
La queja del pequeño dolor, crea un cruce de miradas, un guiño, son suficientes, para que cada palabra no dicha ,trence muda, su temor en nuestros corazones.
Imaginas esa lava, irrumpiendo en su débil cuerpecito de nuevo, mientras la salud se desentiende tras esas puertas y solo te queda esperar a que salga y regrese a casa para luego comenzar otra de tus tardes, domingos sin fin.
Domingos de mil ciclos que parecieran no terminar nunca, Mi hija, mi nieta y yo no podemos dejar de ponernos ansiosas con tu llegada.
Destinatario: Domingo
Hospital Oncológico Luis Razetti
Caracas-Venezuela
Remitente: La Abuelita de Ariadna
Desde su hogar
Caracas-Venezuela
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