¿Qué es la familia? Pues si te digo la verdad, la familia es una mierda. 

Pero es la mierda más bonita del mundo.

La familia no es la sangre, es sangría. Cuesta hacerla, pero una vez hecha, es como un buen sorbo, un stop de los aplastantes 43 grados en Madrid.

La sangre es la herencia, te puede traicionar.

Te puedes desangrar en minutos, se puede coagular y parar en un instante, en lo que dura una sonrisa, una exhalación, en lo que se derrama una lágrima.

Te peleas, discutes, y a veces no te quieres reconciliar. No quieres porque la rabia te carcome poco a poco, tejiendo sobre ti hasta que te domina, hasta que no te deja espacio para perdonar.

Finges sentirte bien. Lloras por no verles llorar. No te lo agradecen.

Siguen tirando de esa cuerda, tensándola hasta que sólo es un hilillo. 

Y en ese instante la sueltan, esperando a que sane para volver a tirar.

Te piden tu corazón, tu alegría. Todo tu ser.

Se pelean entre ellos, y te obligan a elegir un bando. Te exigen que no les mires, que no les hables, que no les oigas. Y si lo haces, te miran mal.

Te enfadas, chillas, enfrías tu mirada hasta que se te congelan los pulmones y dejas de respirar. Que noten que no te importan, que te importan menos de lo que dure la tinta de este bolígrafo. 

Y aún así…no te dejan estar enfadado.

Se meten contigo en grandes mesas, para que todos sepan que no eres nadie. Pero tú levantas la cabeza con fuerza, cierras los puños, y te tragas tu orgullo. Hasta que no te queda más que tragar.

Te sientes tan pequeño, tiritas tanto…te callas.

Porque ya no importas.

Te harán sufrir, pero lucharás. Lucharás hasta que mueras, porque si lo dejas, si tiras la toalla, se puede destrozar.

No te puedes confiar, no puedes aflojar, es débil y siempre la vas a necesitar. 

madre

Dicen que cuantos más mejor, pero la familia más pequeña te puede llenar más que toda una realeza.

Una persona te puede dar más que todo un ejército angelical.

Porque ellos son CASA.

Todas esas personas, una o un billón, son tu casa.

Tu refugio en distintas guerras, de muñecas o de soldados.

Abrazo que derrite el hielo del invierno.

Beso entre agonizantes pesadillas.

Carcajada que barre el polvo de tu cuerpo.

En una fracción de segundo el tiempo se para.

Estás a salvo.

Estás en casa.

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