Mi infancia, mi juventud, y, en este momento en mi edad adulta, siempre lo he tenido presente, a mi lado, en mi día a día.

Tan sólo logro recordar anécdotas, episodios  puntuales, aquéllos que me hicieron reír o por el contrario llorar.

Una  rotonda, un cruce de carreteras, un semáforo en rojo, giro la cabeza y miro al fondo hacia las ventanas de la furgoneta de trabajo, con cortinas estampadas , me levanto y me dirijo hacia ellas aparto la cortina, y miro , justo enfrente hay parada otra furgoneta parecida de color verde, y me fijo que las cortinillas están descorridas y una cabecita asoma, mi corazón late desbocado, me quedo muda, no acierto a expresarme, intento gritar, decirles, advertirles ¡¡¡ mamá, papá, venir, mirar, que no se ha muerto, que es mentira!!!, pero de mi boca no salía ni un sonido,¡ que impotencia!, y de repente despertaba, sobresaltada, sudorosa, desesperada….. de nuevo había vuelto a ocurrir, el mismo sueño recurrente, la misma sensación descorazonadora….

Acabó de repente un treinta de mayo, diez años después, el día del nacimiento de mi primer hijo.

 Recuerdo un juguete, parecido a  un astronauta, con su traje blanco, tenerlo en mis manos, tengo constancia de que le daba mucha importancia me gustaba saber que yo era su dueña. Quizás, fuera un regalo heredado, un obsequio muy valioso para mí, porque en principio no fue mío , me gustaba  pensar que fue de él, no lo sé con seguridad.

Susi,  mi hermano, que un día sin avisar sintió que necesitaba irse para cuidarnos desde un poco más lejos, desde un lugar en el que sin molestar, sin perturbar, sin hacerse notar, poder seguir nuestros pasos, corregir nuestros errores o ponernos en guardia sobre nuestros pasos, decisiones.

Quiero creer que a todos en casa nos sucede lo mismo, un día cualquiera, y en cualquier momento, de alegría o tristeza, de tranquilidad o estrés, y de repente piensas en él y le saludas , cuentas con él y no sabría explicarlo pero sé que está ahí escuchando, siempre con su preciosa sonrisa y tú misma le sonríes, tantas veces le he pedido ayuda, tantas veces me ha dado la seguridad y tranquilidad que necesitaba, la sensación de su mano  sobre la mía…..

Fueron once años llenos de risas , de aventuras , de felicidad, once años que tuvo para saborear la vida, para querer y sentirse querido, once años para recabar información, para llevarse lo mejor de cada uno de nosotros,….

Para Mamá y Papá siempre serás su Ángel,  para Juan Antonio, Lourdes, Ana y para mí , siempre serás nuestro hermano, el más añorado, el de la eterna sonrisa atrapada en una foto, el de los zapatos “tranquilos”, la personita a la que tenemos más presente siempre y a la que sentimos más a nuestro lado.

Me gusta imaginarte rodeado de bosques, de ríos, libre y siempre jugando, repleto de energía y de felicidad 

Hasta ahora mismo corazón. Te queremos.

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