–  ¿Qué me miras los ojos?

–  Mmm… Es que miras bonito, como si estuvieras en fiesta de risas.

–  ¿Cómo de risas?

–  Pues así, tus ojos hablan riéndose…. ¿Y tú? ¿Qué me miras la boca?

–  Es que, se me antoja tu chicle, masticas gracioso, mueves los labios que haces que tenga que verlos. Mira, ¡hasta se te sale la saliva!Javi

–  Es de naranja, ¿quieres un pedacito? 

–  ¡Bueno!

–  … Oye… quieres ser mi novio?

–  ¿Qué es novio?

–  Pues así, jugamos, nos damos chicles. ¿Tu traes algo?

–  Chocolate, ¿quieres?

–  ¡Claro!

–  Ya ves, así son los novios, se dan cosas, platican en el recreo… Mi hermana dice que hasta nos demos la mano.

–  ¿La mano para qué?Ale

–  Ay, pues para darnos los dulces!

–  Ah, entonces sí. ¿Ya somos novios?

–  A ver, dame más chocolate.

–  Mmm, sí, somos. ¿Qué vas a traer mañana?

Y la mañana siguiente, adelante diez y tantos años…

–  ¿Qué me miras los ojos?

–  Miro tus ojos para mirar el mundo… miro tu luz, sueños infantiles. Miro la alegre travesía a donde me llevará tu mirada. Miro en tus ojos, una apuesta de vida, miro la eterna risa de tus ojos… ¿Tú?… ¿Qué me miras la boca?

–  Miro tu boca con el deseo de tocarla, de besarla profundamente… Ansío comerme el mundo con tu boca, soplar con ella más fuerte que el viento. Miro tu boca, para beberme el mar y navegarlo con tu lengua. Miro tu boca para lanzar tu voz y su canto mágico hacia el horizonte que promete. 

–  Mmm… ¿Quieres ser mi novia?Ellos

–  ¿Qué es novia?

–  Pues así, tocarse, besarse todo, oler, preguntar, llenarse de saliva, reír, escuchar, responder, conseguir juntos.

–  ¿Traes chicle?

–  De naranja, un pedacito?

–  ¡Sí!… ¿Chocolate?

–  ¡Me encanta!

–  ¿Somos novios?

–  Mmm, sí, somos… Mañana traeré vino.  

–  Traeré una luna…

Y la mañana siguiente, adelante veinte y tantos años…

–  ¿Qué me miras los ojos?

–  Miro nubes con forma de ballena. Cielo de azules infinitos, pájaros de alas largas. Miro árboles que dan mariposas, que llevan el nombre de nuestras madres muertas que ahora viven mariposa. Miro el silente reflejo de hijos no nacidos que no obstante nos miran y miran como tú. Con tus ojos he andado un horizonte que nos hace millonarios. Miro hasta donde miras y no dejas de mirar. Me miro en tus ojos, que no dejan de amar… ¿Y tú? ¿Qué me miras la boca?

–   Miro tu boca para aspirar la corteza de los árboles, para exhalar mis miedos. Boca que me ha llevado a conversar con los dioses. Boca que me ha enseñado a platicar en silencio, cada relámpago. Miro tu boca con el deseo de llevarla suavemente hacia mi vientre, donde tu lengua sobreviva…Empezando

Miro tus labios, boca que susurra: “una luna para siempre».

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