“
si vas a los barrios pobres fíjate en como se comportan los niños
si vas a los barrios ricos fíjate en como se visten los niños
“
——
“nadie vive de verdad a no ser que tenga algo por lo que morir”.
[VIVIR DE NOCHE/ cine].
——
¿ser o no ser?
¡tener a quien querer!
——
“ella siempre iba a todas partes con su maleta rosa ¿le gustaba viajar? no, ERA compradora compulsiva de ropa low cost”.
——
que jodienda, el amor es ciego ¡pero no es mudo!
——
“cuando la mierda te cae encima, no te apartes apártate de donde cae la mierda”.
——
“ENTRAR HASTA LA COCINA”
(otra Carta de Humo)
a veces,
hace falta escribir
y ni antes ni después
de que se posen las cosas
—
calma, los sentimientos
en el cajón de las tentaciones
el corazón,
entregado con cuerda
para recuperarlo
—
el bien,
está ahí en ti
siempre ha estado
yo lo he visto
—
el camino no es recto
pero los afluentes
siempre vuelven al cauce
tu vida es buena
aunque la vida sea mala
—
te escribo
para que nunca lo leas
porque al mirarme
a los ojos,
ya me has leído.
X/2/10/022
autobús 59
// a Carmen B.
——
viajo,
el camino se hace bueno porque dejo atrás los males
ver a quien me mira quiero
también venganza sobre la mala gente
la reparación ya no es suficiente
porque ellos ellas, seguirán más allá de mí
viajo,
me acerco al sitio de mi recreo
tanto vivido
desde pequeño y también ahora, también ahora
yo siempre descalzo pisando el césped
que nunca estuvo tan cuidado como ahora
pero el césped de aquel entonces estaba más vivo
y fíjate que aquí adentro circulaban coches
por las vías adoquinadas
y yo deseando que los grandes árboles
aún hoy mis árboles del Retiro
me cubran con sus sombras
(el sitio de mi recreo)
voy donde siempre; me pregunto donde estoy
como siempre, porque soy niño
voy por ahí para descubrir los arreglos nuevos
las novedades, los turistas en aumento
el arte y la cultura en la calle
también, en palacios transparentes
transparencia, como yo amando, El Retiro
también yo, comí su hierba de chico
ja! e hice “la croqueta” innumerablemente-siempre
jugué a esconderse detrás de los árboles amigos
también de los setos pisando arena y barro
yo corrí, me manché con el lodo mojado
y años después dije palabras tiernas
a aquellos besos, de los primeros, y abrazos flojos y largos
en el respaldo de los gastados bancos de madera antaño y
una vez con ella, la última, era un banco de piedra en La Rosaleda
de siempre, yo dí nombre a mis lugares del Parque del Retiro
y atesoré mis lugares, lo hago ahora mismo
La Chopera, el Palacio de Cristal, el Casón del Buen Retiro
el Jardín Botánico dentro y Fuera
como también el Observatorio y toda esa valla
y más y más sitios subiendo por Los Jerónimos
tardes adolescentes más tarde
vaqueros muy ajustados y camisas blancas abiertas
entonces El Botánico era gratis y El Prado también
vuelvo al parque ¿a donde? al Angel Caído
cerca, cerca, zonas de pajilleros del tardofranquismo
¿los mismos de aquél frondoso monumento al Soldado desconocido?
pasaban frío los homosexuales, pero tenían una llama
y el follaje que los escondía, allá donde La Bolsa
¡hay los taxistas mafiosos del Ritz… y los estafados
vuelvo a entrar, por las escaleras de Menéndez Pelayo
llego a La Cabaña cuando era hermosa de madera, no ahora
un lugar mágico era, para llevar a una chica, y se hizo
vuelvo a los trece años a atravesar El Retiro
bandas de adolescentes, hogueras lejanas en la oscuridad absoluta
El Retiro de entonces daba miedo, y ya era mítico
mitos, leyendas, bromas, halagos, humo y ruido de coches
“¿que dices que se encontraron cuando vaciaron El Lago?”.
y que me perdonen quienes me perdonen por ser romántico
El Quiosco de Leonor a la derecha de la puerta de Alcalá
nada más entrando de la Plaza y REX su perrazo alemán
que solo a ella hacía caso y nosotros a ella, por chicazo
Leonor era hermosa, vital y era, Leonor
¡como me costó hacerla comer hierba y ella a mí no!
Leonor y las peleas cuesta abajo en el césped de envidiaba Juanjo
ah… el primo Juanjo, y Margarita y Olga…
toda mi adolescencia con olor al Retiro, luego Luisa, Begoña
los Jardines de Cecilio Rodriguez permanecían entonces cerrados, misteriosos
La Casa de Fieras ya no existía, ni cacahuetes, ni monos
que peligrosos, que se tiraban arriba y llegaban casi a agarrarte la mano
a la entrada, a la izquierda, el triste y viejo elefante sin un colmillo
enfrente la cueva del Oso Blanco ahora vacía y con nosequé adorno
y también y siempre, Las Casetas de Los Guardas igual que en El Paseo del Prado
sis uniformes de pana con la banda de cuero cruzada, el terror de los niños,
el cuento del coco de los padres; luego, se les perdió el respeto a los Guardas
¿y que sería El Retiro sin los quioscos de piedra de las cañas perfectas del Paseo del Prado?
y los buzones de cartas y sellos del Palacio de correos y Telecomunicaciones
cruzar a La Cervecería de Correos bebiendo primero en la fuente de agua dulce…
… infinito es el Real Parque del Retiro, Madrid.
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