empezando el veintirés

si vas a los barrios pobres fíjate en como se comportan los niños

si vas a los barrios ricos fíjate en como se visten los niños

——

“nadie vive de verdad a no ser que tenga algo por lo que morir”.

[VIVIR DE NOCHE/ cine].

——

¿ser o no ser?

¡tener a quien querer!

——

“ella siempre iba a todas partes con su maleta rosa ¿le gustaba viajar? no, ERA compradora compulsiva de ropa low cost”.

——

que jodienda, el amor es ciego ¡pero no es mudo!

——

“cuando la mierda te cae encima, no te apartes apártate de donde cae la mierda”.

——

“ENTRAR HASTA LA COCINA”

(otra Carta de Humo)

a veces,

hace falta escribir

y ni antes ni después

de que se posen las cosas

calma, los sentimientos

en el cajón de las tentaciones

el corazón,

entregado con cuerda

para recuperarlo

el bien,

está ahí en ti

siempre ha estado

yo lo he visto

el camino no es recto

pero los afluentes

siempre vuelven al cauce

tu vida es buena

aunque la vida sea mala

te escribo

para que nunca lo leas

porque al mirarme

a los ojos,

ya me has leído.

X/2/10/022

autobús 59

// a Carmen B.

——

viajo,

el camino se hace bueno porque dejo atrás los males

ver a quien me mira quiero

también venganza sobre la mala gente

la reparación ya no es suficiente

porque ellos ellas, seguirán más allá de mí

viajo,

me acerco al sitio de mi recreo

tanto vivido

desde pequeño y también ahora, también ahora

yo siempre descalzo pisando el césped

que nunca estuvo tan cuidado como ahora

pero el césped de aquel entonces estaba más vivo

y fíjate que aquí adentro circulaban coches

por las vías adoquinadas

y yo deseando que los grandes árboles

aún hoy mis árboles del Retiro

me cubran con sus sombras

(el sitio de mi recreo)

voy donde siempre; me pregunto donde estoy

como siempre, porque soy niño

voy por ahí para descubrir los arreglos nuevos

las novedades, los turistas en aumento

el arte y la cultura en la calle

también, en palacios transparentes

transparencia, como yo amando, El Retiro

también yo, comí su hierba de chico

ja! e hice “la croqueta” innumerablemente-siempre

jugué a esconderse detrás de los árboles amigos

también de los setos pisando arena y barro

yo corrí, me manché con el lodo mojado

y años después dije palabras tiernas

a aquellos besos, de los primeros, y abrazos flojos y largos

en el respaldo de los gastados bancos de madera antaño y

una vez con ella, la última, era un banco de piedra en La Rosaleda

de siempre, yo dí nombre a mis lugares del Parque del Retiro

y atesoré mis lugares, lo hago ahora mismo

La Chopera, el Palacio de Cristal, el Casón del Buen Retiro

el Jardín Botánico dentro y Fuera

como también el Observatorio y toda esa valla

y más y más sitios subiendo por Los Jerónimos

tardes adolescentes más tarde

vaqueros muy ajustados y camisas blancas abiertas

entonces El Botánico era gratis y El Prado también

vuelvo al parque ¿a donde? al Angel Caído

cerca, cerca, zonas de pajilleros del tardofranquismo

¿los mismos de aquél frondoso monumento al Soldado desconocido?

pasaban frío los homosexuales, pero tenían una llama

y el follaje que los escondía, allá donde La Bolsa

¡hay los taxistas mafiosos del Ritz… y los estafados

vuelvo a entrar, por las escaleras de Menéndez Pelayo

llego a La Cabaña cuando era hermosa de madera, no ahora

un lugar mágico era, para llevar a una chica, y se hizo

vuelvo a los trece años a atravesar El Retiro

bandas de adolescentes, hogueras lejanas en la oscuridad absoluta

El Retiro de entonces daba miedo, y ya era mítico

mitos, leyendas, bromas, halagos, humo y ruido de coches

“¿que dices que se encontraron cuando vaciaron El Lago?”.

y que me perdonen quienes me perdonen por ser romántico

El Quiosco de Leonor a la derecha de la puerta de Alcalá

nada más entrando de la Plaza y REX su perrazo alemán

que solo a ella hacía caso y nosotros a ella, por chicazo

Leonor era hermosa, vital y era, Leonor

¡como me costó hacerla comer hierba y ella a mí no!

Leonor y las peleas cuesta abajo en el césped de envidiaba Juanjo

ah… el primo Juanjo, y Margarita y Olga…

toda mi adolescencia con olor al Retiro, luego Luisa, Begoña

los Jardines de Cecilio Rodriguez permanecían entonces cerrados, misteriosos

La Casa de Fieras ya no existía, ni cacahuetes, ni monos

que peligrosos, que se tiraban arriba y llegaban casi a agarrarte la mano

a la entrada, a la izquierda, el triste y viejo elefante sin un colmillo

enfrente la cueva del Oso Blanco ahora vacía y con nosequé adorno

y también y siempre, Las Casetas de Los Guardas igual que en El Paseo del Prado

sis uniformes de pana con la banda de cuero cruzada, el terror de los niños,

el cuento del coco de los padres; luego, se les perdió el respeto a los Guardas

¿y que sería El Retiro sin los quioscos de piedra de las cañas perfectas del Paseo del Prado?

y los buzones de cartas y sellos del Palacio de correos y Telecomunicaciones

cruzar a La Cervecería de Correos bebiendo primero en la fuente de agua dulce…

… infinito es el Real Parque del Retiro, Madrid.

——

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS