Soy Ofelia Marlene Paz. Nací el 2 de septiembre de 1968 en Perú. Tuve una infancia hermosa al lado de mi madre, quien lo dio todo por mí, a pesar de luchar sola, ya que mi padre no me reconoció cuando era pequeña. Sin embargo, mi madre nunca me habló mal de él, al contrario, me decía que debería buscarlo.

Pasaron los años y mi madre seguía insistiendo en que busque a mi padre. Cuando cumplí 20  años decidí empezar a hacerlo. Llamé a un programa de televisión, pero como no tenía suficientes datos sobre él no me pudieron ayudar; así que busqué  nombres de familiares suyos en la guía telefónica y encontré el nombre de su hermano mayor, fui a verlo y no me dijo nada sobre mi padre, solo que llamaba en navidad  y que tenía familia; sin embargo, le dije que volvería.

Dos años después nació mi primer hijo, estaba tan contenta que llamé a mi tío para saber si tenía noticias sobre su hermano, pero sucedió lo mismo que la vez anterior,  decidí dejar de llamar y de visitarlo. 

Pasaron tres años,  y decidí llamar a mi tío nuevamente, me llevé una gran sorpresa, me dijeron que estaba delicado de salud, le suministraban oxígeno, al hablar con el, me dijo que lo perdonara por no haberme informado acerca de mi padre, lo único que alcanzó a decirme es que vivía en España. 

El sueño por encontrar se desvanecía cada vez más, ya que mi tio falleció. Después de lo sucedido, perdí contacto total con la familia.

Nueve años después tuve una niña; mi esposo vino a España a trabajar,  año y medio después llegamos nosotros en diciembre de 2008, para entonces mi hijo mayor tenía 17 años y mi niña 5; fue un gran cambio para todos. Yo tenía ya 40 años y aún no tenía noticia alguna sobre mi padre, pero siempre pensaba en él; sin embargo, la tecnología había avanzado y empecé a buscarlo en una red social, solo sabía su nombre, hasta que un día encontré a una persona con ese nombre que tenía la edad aproximada de mi padre, al ver su foto sentí un palpitar muy fuerte, nuestro parecido era impresionante; de hecho, mi esposo lo vio y no dudaba en que fuera mi padre. En marzo 2013 contactamos con él y organizamos un encuentro en Madrid –ya que él vivía allí–  y ese día finalmente lo conocí. 44 años sin verlo, no lo conocía ni en fotos y teníamos mucho de qué hablar; aunque muy poco tiempo para hacerlo. Sin embargo, quedamos en vernos muy pronto. En abril de este año vinieron a mi casa: mi padre, su esposa y mis dos hermanos. Pasamos los días de Semana Santa en unión familiar. Pues bien, esta es mi historia, ahora sé que los sueños se cumplen después de todo lo ocurrido, ahora solo me queda crear una nueva historia y ser feliz junto a mi nueva familia. 10154961_10203749640810379_2.jpg1510898_10203749640490371_54.jpg

                Fin

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