Era una tarde de resacon y comilona…mi padre y sus amigos, rodeaban la mesa en la que acabábamos de comer un suculento plato cocinado por mi madres y mis tias….llego la hora del cognyac y los puros, era cuando mas agusto estaba yo…esa diminuta persona de pelo largo castaño..pequeñita, inexperta..pero me encantaba quedarme atonita escuchando los relatos de la mesa,,la guerra…..los imperjurios que se hacian unos a otros..los años de mi padre en el internado..oyendo y viendo como cada noche se llevaban a un compañero y volvia con la cara morada…tragando saliva..le preguntaba

Necesitas algo…..

roto por la angustia de ver lo que hacían con ellos los curas..pero había que callar..esa era la regla de oro…NO HABLAR.

Pero todo no eran penas…se divertían y muchos..eran amigos de toda la vida y contaban cuando iban a catalina a tomarse un suculento chocolate…el centro de valencia..lleno de jóvenes entra jetados, recorriendo la calle y rodeando a las muchachas con sus piropos y sus buenas formas..ohhh…que bonito era conquistar a una dama…como enmendaban su figura, para luego re alzarla a lo mas alto, quitarse el sombrero y decir….ahí va esa hembra…bendita la madre que la pario.

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