Transformando los guijarros parlantes en verdaderos diamantes.

Transformando los guijarros parlantes en verdaderos diamantes.

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¡SER FELIZ! es mi principal compromiso, tal como lo aplica mi madre quién en su testimonio de vida lo manifiesta; desde muy temprana edad  experimento el dolor de la enfermedad a razón de las secuelas de polio, que sin invitación alguna se instalaron en su pierna derecha evitando su desarrollo normal, sometiéndola por consiguiente, a la asistencia medica constante, sin embargo, las circunstancias no arrancaron sus sonrisas; la música clásica acariciaba sus oídos, los dulces en forma de pera, sabor menta y hierbabuena  que tan golosamente masticaba en complicidad con el abuelo, le alegraban los días dándole sentido a sus travesuras que en mucho sacaban de sus casillas a la abuela, aunque ella, también la consentía guisándole exquisitos platillos.

El secreto  para que mi madre creciera dichosa fue, ¡el  inmenso amor que su familia le profería! Ellos le mostraron con simplicidad y sencillez que había pasado por una enfermedad conocida como  poliomielitis, en la que solo le quedaban algunas secuelas, las cuales  se encontraban en una parte de su cuerpo, ¡no en su alma!.

 Y es muy cierto que los hijos somos el reflejo de los padres y lo  transmitimos.

  Mi madre  mujer que compensara su corta estatura con un corazón enorme, positiva, inteligente, de labios ligeramente gruesos y muy bien empleados, regocijándonos en  besos y manifestaciones afectivas. Con constancia me dice: ¡los pensamientos son cosas, se materializan!, por ende, cuídalos, domestícalos, analízalos, no te permitas tener pensamientos negativos, ellos te alejan de tu compromiso.

 Mi tía, gemela de mi madre, goza de un carácter fuerte, es objetiva y determinante, Dios la doto de estas cualidades para poder llevar amorosamente una hija con capacidades diferentes; su frase: ¡Dios nunca te manda una cruz que no puedas cargar! y en cuando falleció mi primogénita de tan solo tres meses de edad, recordé sus palabras, mismas que me sirvieron de remanso para  salir avante en el proceso de duelo. 

Estas dos mujeres que tanta influencia han tenido en mi son solo el reflejo de mi abuela, mujer que su descripción física es poco importante a mencionar comparada con la realmente valiosa, aquella que denota su maravillosa forma de ser, sabia, humilde, sencilla y entregada, forjada en el trabajo, llena de amor y siempre dispuesta a dar,  sus palabras: ¡uno mismo se pone sus propios limites, debes alcanzar tu felicidad viviendo con valores !,  ¿Su principal legado? ¡el alimento espiritual que nos hace crecer, evolucionar y trascender!. Estos son mis guijarros, los guijarros parlantes que por generaciones en el río de mi familia han corrido y se han transmitido, mismos que hoy les comparto, ¿mi compromiso? No permitir que queden como simples piedras burdas, hay que pulirlos cual los diamantes en bruto hasta lograr que de ellos destellen luces de colores, que al ser bañados por sus aguas mansas o densas y al ser tocados por los rayos del sol,  iluminen los senderos de los demás. Por mi parte, seguiré puliendo los míos para transmitir, porque solo dando, es como nos permitimos avanzar.

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