De niña escuchaba las historias, que me contaba mi bisabuela, sobre mi familia materna,  suelo decir tengo un apellido Francés, y sentirme orgullosa, corrijo  a los demás al pronunciarlo.

Así que me encantaba  pasar temporadas en el pueblo en casa de mis bisabuelos; ellos criaron  a mi madre. En  una hermosa casona, de principios del  siglo XX, con un gran jardín que rodea  toda la parcela y que en esos años no llegaba a alcanzar; tenia una gran escalera de mármol, para acceder a la puerta de la entrada, y una galería que bordeaba toda la casa, había un patio y  un tras-patio,  donde había una oficina en la cual trabajaba mi abuelo,  una gran marquesina donde solía estar un viejo Mercedes, que ya casi nadie conducía,  y en el salón,  una hermosa foto de mi bisabuela con un sombrero, donde se destacaba su esculpido perfil turco. Ella tenia unos ojos verdosos, y  un arte para la comida, que creo haber heredado, el aroma de las especias, aun circulan por mi nariz;  solía hacerme el desayuno en mis visitas, aunque no tenia necesidad de hacerlo, pero ahora entiendo que ella disfrutaba con ello, hoy  recuerdo esperar en aquel pequeño comedor de la cocina, mientras charlaba con ella.

Solía perderme un  por allí, cuando no estaba ensimismada,  dentro  en un libro de la gran biblioteca de mi tío.

Una vez, alguien en la casa me contó; que la caseta de madera que había en el tras patio, retenían a las personas que luego iban hacer trasladadas a la cárcel, nunca indague sobre ello, aun me creí la historia.

  Mi bisabuelo, era hijo de emigrantes Franceses, que llegarían como muchos en la época que Europa no vivía su mejor momento, entiendo que de estos heredaría su habilidad por los negocios.  El  fue un gran comerciante, tenia uno de los  almacenes  mas importante del pueblo entre otras cosas.

En esa época  nuestro país vivía una dictadura, como muchos otros países, de América Latina, y era costumbre,  que los miembros de las mejores familias desempeñaran casi por mandato los mas importantes cargos públicos, de hay que el fuera en barias ocasiones  gobernador.  Según me contaba mi bisabuela no se podía rechazar dichos cargos, aunque luego de manera inteligente,  el se las ingeniaba para renunciar, diciendo que sus negocios no le dejaban tiempo para desempeñar dichas funciones.

Mi madre es la hija del hijo mayor de mi mis bisabuelos, su madre la dejo a cargo de estos y se marcho a vivir a los Estados Unidos, nunca mas volvió por ella, yo apenas la vi una vez cuando ya era una adolescente.

Recuerdo con cariño esas navidades, donde donde compartiamos todos juntos,  en el patio de la casa, aprovechando el clima cálido del que disfrutábamos allí,  estar rodeada de tíos, primos, sobrinos, etc. Es una hermosa tradición que me gustaría transferir a mis hijos, sueño despierta muchas veces con llegar a vivir en carne propia. Fin.foto1.jpgfoto2.jpgfoto3.jpg en carne propia.

Fin.

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