Gente Corriente

Paseábamos juntas como cada tardepor el parque cercano a mi hogar cuando de repente, se acercó y me dijo con toda la naturalidad de quien está charlando a tu vera. Levanté veloz mi rostro y la vi, era la señora con la que a veces me había cruzado en mis paseos veraniegos, no recordaba su nombre, «yo siempre tan despistada» ¡Hola!, ¿Me decías…? Sólo, que si las ves, en este lugar aún se ven mejor. Su mirada estaba puesta en el cielo, era de noche, pero una de esas noches invernales con un cielo limpio de nubes, cuajadito de estrellas. Y mis ojos se clavaron en el firmamento,ni siquiera había reparado en él, tan bello

.Ahí está Casiopea e incluso puedes ver el carro, mira esa es Venus… Yo la seguía con la mirada a la vez sorprendida y admirada de su saber. Mi perra ladró, no entendía mis continuas paraditas, suéltala ya, que juegue libre con TIto, está un poco más gordo. Ven, en esta otra zona la luz artificial de las farolas no nos impedirá verlas bien, yo la seguía como perrita faldera pero con mis ojos clavados en el cielo. De repente el sonido del móvil, y la magia pareció esfumarse, es el mío o es el tuyo,que importa ya la ha roto. Sin embargo, cuantas veces su sonido puede ser un grito, una llamada de alegría e incluso una gran sorpresa o nada…Hasta otra vecina, decía, mientras se alejaba junto a Tito..

Cuando regresé las busqué en Google.

Podía tener un universo ante mí con sólo mover el ratón, maravilloso, increíble. Y pensé, cuanto ha facilitado la vida la tecnología a la gente corriente como yo. Todos los días aparecen nuevos avances científicos,e incluso se ha reproducido ya, el ADN artificial de una levadura. Muy pronto alimentos artificiales, quizás así por fin desaparezca el hambre en el mundo…Sin embargo espero que no desaparezca un buen chorro de acite de oliva sobre una rica tostada de pan…Y que podamos seguir mirando el cielo, sintiéndonos tan insignificante ante tanta belleza, mientras charlamos cara a cara con otro ser humano, o ¿No? Aunque yo, que creo en ese «Halo», o no sé qué especial de la humanidad, espero, que sí.

Mientras tanto ella junto amí, dormita, soñando quizás en ese rico hueso que enterró en el jardín.