Un día después

La lluvia se ha vuelto inclemente, han pasado ocho días y no ha dejado de llover; los ríos y lagos han abandonado sus cauces y han entrado en las ciudades. Los muertos se cuentan por cientos. Los animales muertos, flotan junto a la gente. Los sobrevivientes rompen las puertas de almacenes y supermercados para obtener algo de alimento y abrigo. El vandalismo se ha convertido en otro problema a resolver. La ciudad ha colapsado. Las carreteras se encuentran truncadas y los caminos vecinales son la tumba de mucha gente.  Los deslaves han soterrado algunos poblados y las comunicaciones no funcionan.  La inundación parece no detener su marcha.

Incontables los muertos, incontables  los desaparecidos, incontables los daños, solamente pueden contarse los, ahora, nueve días de lluvia…  

Un día después, el pie grueso, cicatrizado y terroso, calloso y descalzo del pequeño agricultor, pisa fuerte por encima de la gran ciudad. Se dispone a torcer el cuello pávido de los políticos que han permitido las plantas cárnicas, granjas industriales, ganaderías completas, grandes haciendas con monocultivos industriales.

El puño fuerte del pequeño agricultor se dispone a golpear los importadores de agroquímicos que incluyen derivados del petróleo como pesticidas saturados con metales pesados como el plomo, cobre, que tardan años en degradarse y que contaminan ríos, lagos y mares y que, además, producen enfermedades de todo tipo, como el Cáncer, Alzheimer, Insuficiencia renal, etc.

También estrellará su puño demoledor sobre los mercaderes de comida rápida y chatarra, productores de alimentos transgénicos. Golpeará a los dueños de las grandes fábricas que contaminan el ambiente.

Trae en su morral la semilla autentica y natural de cultivos necesarios para el consumo humano,  por  que sabe que la siembra extensiva y el monocultivo producen empobrecimiento de los suelos. Llegó la hora de los cultivos  múltiples para alimentarse, él y su familia. Sembrarán el maíz junto al fríjol y alcanzará para todos. También habrá: hortalizas, arroz, etc. Árboles frutales al escoger y hasta sobrará para intercambiar por otros productos que él no tenga.

También sabe que debe controlar la sobrepoblación, evitando traer al mundo más hijos de los que pueda criar de manera solvente.

 ¿Y tú?, ¿de qué te alimentarás?, ¿qué producirás para intercambiar por alimentos? ¿Cuántos hijos tendrás?

 Esa mañana, un día después, el sol salió muy temprano a alejar al fantasma de las inundaciones.

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