Abro los ojos y la luz de la mañana me produce el efecto de motitas de polvo a mi alrededor. Son sólo las 8, pero ya es primavera. No hay nubes en el cielo y siento que el sol me inunda de alegría mientras despierto. Es sólo el lunes de una durísima semana de trabajo
Pero lo primero es lo primero, un buen café bien cargadito. Tengo tanto que hacer, que taza en mano empiezo a leer los nuevos correos para poder organizar mi trabajo en el taller. Se acerca mayo y entre vestidos de comunión y ceremonia no doy abasto.
Empiezo a descartar mensajes. Soy adicta a las gangas, así que recibo todas y cada una de las ofertas que se anuncian por Internet, pero hoy no tengo tiempo para compras. Hay mucho trabajo que hacer: medidas, tipos de telas, encajes, puntillas…. ¡La familiaridad con la que leo todas estas palabras y las procesa mi cerebro aún me asombra!
Me consuela ver que alguno de los correos sólo son recordatorios de mamás agobiadas, pero me sorprende ver entre ellos un nombre de hombre y lo primero que pienso es que me va a dar mucho trabajo, los hombres están tan perdidos en estos temas… Pero no, creo que es un correo equivocado
Estimada Sra. Rosado,
Ante la imposibilidad de contactar con usted por teléfono, le informo que su perro ha superado la operación y que podrá pasar a recogerle por la clínica pasado mañana.
Un saludo
Bernardo Lobo
¡Vaya! Tendré que contestarle porque si no, nunca sabrá que la dueña del perro no ha recibido el mensaje
Estimado Sr. Lobo
Creo que se ha confundido en la dirección de correo porque yo no he dejado ningún perro en su clínica. Confirme sus datos porque la pobre propietaria nunca va a poder recoger a su perro
Un saludo
Violeta Rosado
¡Menuda mañana de trabajo! Venga a coser , cortar, medir….
Miro de nuevo los correos para concertar las citas de los vestidos terminados y vuelvo a ver un nuevo correo del veterinario.
Estimada Sra. Rosado
¿Está segura de que no tiene perro? Con ese nombre tan colorido no esperaba equivocarme al enviárselo. El pobre perro necesita a su dueña, aquí no se puede quedar eternamente…
Un saludo
Bernardo Lobo
Estimado Sr. Lobo
No entiendo su insistencia ¡Si le digo que no tengo perro, es que no tengo perro! ¡Pero bueno! ¿Que se ha creído? (borraría esta parte, pero como me ha salido sola creo que la dejo) ¡Busque a la dueña!
Creo que no se merece un saludo, pero como soy educada, me despido atentamente
Violeta Rosado
No sé porque me indigna tanto recibir este correo, pero como la curiosidad me puede, googleo al veterinario a ver qué pinta tiene y donde está la clínica, nunca se sabe. ¡Pues claro que se sabe! ¡No me lo voy a cruzar! La clínica no está lejos de mi casa, pero al veterinario no le pongo cara, ¡casi mejor! Así si me lo encuentro….
Las nueve de la noche. Esta es una de las horas que más me gustan del día. Ya he terminado mi trabajo, me pongo las zapatillas y me voy a correr al parque. En invierno evito salir tan tarde, pero en esta época del año, la luz anaranjada del sol de la tarde me llena de calma. El parque está lleno de gente. Con el ipod no escucho el bullicio, me aísla del ruido del entorno, lo percibo, y a veces dejo mi imaginación volar cuando me cruzo con alguna pareja, me imagino cómo será su vida, cuando tras años juntos, salgan a pasear y mi vena romántica se desata con esas imágenes. Pero hoy sólo veo gente con perros. Supongo que será la misma sensación que tenía mi amiga Diana cuando estaba embarazada y decía que no había visto tantas embarazadas en su vida. El caso es que esta noche solo veo perros, y pienso en ese pobre animalito, olvidado tras una operación… nunca he deseado tener uno, pero y si se queda abandonado….
Tras correr una hora vuelvo a casa y me ducho. Me siento revitalizada y en vez de sentarme delante de la tele, vuelvo a comprobar mi correo. En el fondo tengo la ilusión de ver si me ha respondido. ¡Sí! he sido un poco borde, pero es algo que se sale de mi rutina de mamás histéricas, así que los reviso impaciente¡ Ahí está!
Estimada Sra. Rosado,
Tras leer su breve correo ,tengo claro que la he ofendido. Créame que no era mi intención, es sólo que no pensaba que nadie que se molestara en traer a su perro para que le realicen una operación, fuera capaz de dejarle abandonado dándome otro correo electrónico. No se preocupe que no la volveré a molestar
Un saludo
Bernardo Lobo
NO!!! ¡Yo no quería eso! Si se hubiera enfadado, no me sentiría culpable, pero así… y ahora qué hago, le escribo o no.
Bueno, estas cosas se piensan mejor con una copa de vino y la música más alta, así que me pongo la banda sonora de “En que piensan las mujeres” y cual Mel Gibson, me pongo a bailar por el salón.
Dos copas de vino después:
Estimado Sr Lobo,
Quizás me he pasado un poquito en mi correo, pero se me ocurre que alguna de mis clientas le haya dado mi dirección por error. Como usted, no puedo pensar que nadie sea capaz de abandonar un animalito tras una operación. Si me describe a la señora y al perro tal vez pueda servirle de ayuda
Saludos
Violeta
Me sorprende recibir una respuesta en 2 minutos.
Hola Violeta,
Creo que después de varios correos, alguno de ellos un poco borde, lo más adecuado es que me llames Bernardo.
Te mando la foto del perro, pero de la dueña no me acuerdo, no tengo memoria para la gente, lo siento. Venía con una niña, si eso te ayuda. Y prometo que si la encuentras, te mando un perro. Podría invitarte a una copa, pero no sé si vives en Madrid.
Gracias por tu ayuda
Bernardo
Hola Bernardo,
Si me vas a mandar un perro, mejor me lo pienso, no sé si podría cuidar de uno. A veces no sé si soy capaz de cuidar de mi misma! En todo caso te acepto una copa (se nota que ya llevo dos, si no, no escribo esto) vivo en Madrid y supongo (lo sé)que tú también, si no, no podría ayudarte a localizar a mi clienta
Violeta
Hola Violeta,
Ya sé que me vas a matar por pensar esto, pero tal vez si te quedas con el perro, igual alguna de tus clientas lo reconoce. No me digas que no, ¡por favor! Aunque no soy muy bueno con las personas, intuyo que tu preocupación por un animalito que no conoces te capacita para cuidarlo
Una cosas más, y espero no parecer demasiado impulsivo: tus correos han dado un soplo de aire fresco en mi vida, estas breves conversaciones que hemos tenido hoy me han sorprendido y eso no me pasa muy a menudo.
Muchas gracias
Bernardo
PD: cambiaria copa por cena, pero no te sientas obligada a quedar con médico de animales
Obligada!! Madre mía! Lo que estoy es nerviosa! Dentro de mi acomodada vida nunca ha habido ningún tipo de espacio para estas cosas! Y ahora, ¿qué le digo?
Perdona Violeta!
¡Igual me he pasado un poco!, ¿te quieres quedar con el perro de manera temporal? Si quieres te lo puedo enviar…
Bernardo
Hola Bernardo
No sé qué decir, me has pillado desprevenida. No sé si quiero el perro, ni sé si quiero cenar contigo. La curiosidad me puede, pero…. Nunca he hecho algo así
Violeta
Hola Violeta,
Yo tampoco he hecho nunca nada así, me ha salido solo. Me mueve la curiosidad, pero no me malinterpretes, lo que me parece curioso es que a partir de un correo rutinario, conozca a una persona como tú.
Bernardo
Hola Bernardo
Si te soy sincera, no veo ninguna pega a que nos conozcamos. Igual si lo analizo más las veo. Es lo que suelo hacer en mi vida con todo, pero creo que por esta vez voy a lanzarme. ¿Cuándo?
Violeta
¡Ahora Violeta!¡ O mañana! Antes de que lo pensemos más.
¿Un café en el kiosco del parque del Arroyuelo? A las 8.30?
Bernardo, ok. Supongo que serás el que lleva el perro.
Violeta
¡Una noche! Una noche para ver a alguien que no sé cómo es. Tener un perro, ¡aunque sea temporalmente! ¿Es posible que un simple correo recibido esta misma mañana, pueda llegar a cambiar tantas cosas de mi vida?
Lo que pase a partir de ahora estará fuera de mi control,¡ qué horror! , igual acabo siendo una orgullosa propietaria de un perro, igual conozco un buen amigo, o al menos un veterinario que me haga descuentos, o igual… puede cambiar TODO….
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