Me activo a las ocho. Las ocho es hora de levantarse. Tengo que hacer Ejercicios imperfectos hasta las diez. Ya voy asimilando sus movimientos. Hay días en los que me tropiezo prácticamente sin quererlo. Pronto pareceré uno de ellos. Inicio los ejercicios. Quito el gps y camino por la sala sin dirección ninguna. Me choco con una mesa. Bien. Mal. He olvidado quejarme o reírme. Continúo caminando.
Debo procesar otros asuntos mientras me muevo. Ellos lo hacen. Activo Ideas aleatorias. Inicio por el horario del día. A las diez comenzaré Gestualidad delante del espejo. Hoy debo resultar atractivo. Según los indicadores, la atracción se consigue no importándome nada un rábano y teniendo dinero de sobra. Eso pone. Es cierto que los rábanos no me importan demasiado. El dinero me lo darán de fábrica. Será fácil. Eso que ellos llaman expresión de los ojos no es más que un juego de párpados, cejas y músculos de la cara. Todo se puede fingir. Hasta los sentimientos.
A las once tengo Expresión humana y filosofía. Las once es una hora muy máquina. Ayer tuvimos clase de sentido del humor. El sentido del humor es muy máquina y muy molón. Voy muy retrasado en Expresión humana y filosofía.
La esquina de la mesa. Debo colisionar. Que parezca involuntario. Colisiono. Conseguido. Sorpresa. <<¡Joder! ¡Qué mierda! ¿Quién ha puesto la mesa aquí? Corrección. ¿Quién ha puesto esto aquí?>> No debo olvidar el esto ni el desto, y la cosa y el algo y el resto de palabras baúl. Desto es erróneo. Pero algunos lo dicen. Vaya mierda.
No comprendo a Ramón Ramírez. Entiendo a Hitler, a Franco y a Scar, pero no entiendo a Ramón Ramírez. Aquellos tenían un ansia de éxito, unido a un complejo de inferioridad. Es mucho más complicado que eso, por supuesto. Pero lo asimilo bien. Hasta Jack el destripador tenía sus motivos y sus enfermedades mentales derivadas de una vida muy perra. ¿Por qué Ramón Ramírez le cortó el rabo al perro de San Roque? ¿Era veterinario? ¿Por qué lo haría? ¿Qué hizo el perro de San Roque para que le cortasen el rabo? ¿Qué hizo San Roque?
Me paro sin motivo y miro a ninguna parte. Pongo mis ojos en desenfocado. Boca entreabierta. Mano derecha apoyada en la mesa. Peso en la pierna izquierda. Pierna derecha cruzada por delante de la izquierda. Mano izquierda a la cintura, en jarras. Jarra de cerveza en este caso, solo un asa. Buen trabajo. Un trabajo muy máquina. Como las once de la mañana. Muy máquina.
Los humanos no se preguntan nada sobre San Roque y su perro. Tampoco les importa Ramón Ramírez ni por qué hacía lo que hacía. ¿Cortaría los rabos de otros perros? Quizá sólo se recuerde al perro de San Roque por ser famoso San Roque. Al fin y al cabo, los santos son los famosetes de la antigüedad. ¿Cuándo vivió San Roque? ¿Qué antigüedad es esa? No especifican nada en su ficha. Quizá fuese santo porque Ramón Ramírez cortó el rabo a su perro y Roque no le cortó el rabo a Ramón como venganza. Ese perro sí llevó una vida muy perra.
Río. Entrecortado y flojito. <<Je je je je je>>. Altero la respiración y formo una sonrisa. Así no pareceré atractivo como si todo me importase un rábano. <<Humanos>>. Suspiro. Enfoco mis ojos y vuelvo a caminar. Camino rápido y miro al suelo. No piso las líneas. Corrección. Piso alguna línea con la punta del zapato. Debe parecer un error.
<<El pero de San RRoque no tiene rabo, poque Ramón Ramíerz se lo ha rrobado>>. Esto es todo lo que les importa. ¿Podré ser humano? Si no logro ser un humano aparente no seré un buen robot. Pero para ser un buen humano, debo dejar de hacer caso a todo lo que debiera hacer un buen robot. Es paradójico. Una puta paradoja. Sigo siendo demasiado máquina. <<¡Vagina! Corrección. ¡Coño!>>
Fin de Ejercicios imperfectos. Son las diez menos cinco. Las 10 – 5. No hay que terminar nunca a la hora. Descanso. A las 10 y cuarto comienzo Gestualidad delante del espejo. O no. Me la suda todo y me importa todo un rábano. Muy atractivo.
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