Julia corría calle abajo hablando entre jadeos con Ismael:

-Ya llego, no contestes  sin mi.

-Date prisa no creo que pueda sujetarlos demasiado tiempo más, casi gritó Ismael.

Julia, no paraba de correr pero no parecía avanzar. ¿Cómo harán los atletas? se preguntó, no llegaré a tiempo, tendría que haber cargado baterias cuando tuve oportunidad. 

El ruido de la calle era infernal, casi no oía su voz, y mucho menos a Ismael. Suponía lo que quería que hiciera, pero sólo lo suponía, la voz no le llegaba clara, seguro que él tampoco cargó la batería.

Giraba la esquina, ya estaba cerca, lo iba a conseguir. Su mejor marca eran 522 minutos, nunca había aguantado tanto, la forzaban sus compañeros pero era difícil, ya no era tan joven y el tiempo la hacía perder minutos, preciosos minutos que antes no valoraba y ahora echaba de menos.

Tendría que reciclarse, hacer algo, su tiempo ponía en juego su propia vida, y esto la asustaba más que ninguna otra cosa. Hoy en día el tiempo era más oro que nunca, y si no estabas preparada, desaparecias de un plumazo. Era tan fácil desaparecer, que temblaba solo de pensarlo.

Ya llego, volveré a llamar.

Ismael, ya estoy llegando, espera un poco más.

-Aquí sigo, pero a mí también se me acaba el tiempo. No se si podré aguantar mucho más. Son muy rápidos, ya no doy el perfil, y tengo miedo.

-Haz una pausa, no contestes a nadie, así no sabrán dónde estás y ganarás tiempo.

-Buena idea, estaré en silencio.

Pedro y Marta seguían negociando, sus jefes estaban furiosos porque querían una respuesta rápida.La operación se realizaba por teleconferencia, pero había detalles que se tenian que hablar en privado. Por más que lo intentaban , no conseguían comunicarse, las lineas estaban saturadas y los móviles no daban para más.

Marta, harta de intentarlo, sacó la batería de su Julia, un Nokia 520, y la puso en el nuevo modelo que tenía sobre la mesa, el Nokia 750. Tendré que ponerle nombre a este, pensó. Tenía la tonta costumbre de poner nombre a sus móviles. 

Julia aguantó lo que pudo, casi un record , pero murío en ese instante.

-¿Pedro estás ahí?

-Si Marta, no te oigo bien, pero estoy esperando tu contrato para llegar a un piiiiiiiiiiiiiiiiiiii… Silencio.

Lo que faltaba, Ismael ha muerto.

Su nuevo Iphone 5s, le encendío su pantalla con una fiesta de colores, le saludó amablemente y empezó su tarea. Ismael 2º habá nacido.

Así era la vida de un móvil del siglo XXI, duraba hasta que agotaba la paciencia del humano, y los humanos cada vez eran menos pacientes, tenían más prisa, hablaban más, querían más.

La vida era muy corta para un móvil en esta época tecnológica. Lo que duraba la relación entre los humanos. Ya no se hablaban entre ellos, siempre a través de un aparato, nunca cara a cara, solo los primitivos y poco productivos hacian eso. Charlar, palabra mágica que ya no existia en el vocabulario humano.La habían sustituido por, negociar, arreglar, ganar, más, solucionar, pero nunca más charlar.

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