Desde el anden: despidiendo a mis compañeros recordamos esta semana que ha pasado con la mochila a la espalda, con el carnet que me identifica como peregrino, que me da derecho al llegar a los albergues a descansar entre ronquidos prótesis y risas. Participar de estos bonitos recorridos por el camino paralelo de la vida. Todas las mañanas al despuntar el alba salgo sigilosamente con la ilusión puesta en mis pies y con lo necesario en la mochila.
El compañerismo el afán de vivir otro año mas esta bonita experiencia. Sin nombre propio ya que esta escondido entre sellos de diferentes países recorridos zonas. Cuando llega el atardecer enchufo el móvil para conectar con el mundo al que pertenezco, con la crisis, el egoísmo del poder, todas las injusticias que habitan en el exterior. En el camino paralelo no existe este materialismo solo hay compañerismo, sonrisas, ayuda mutua. Mientras contemplas el paisaje espectacular del Camino del Norte. De repente en el anden el hechizo se deshace, y se rompe el encanto, cuando el tren hace su aparición y nos deseamos. ¡Buen Camino!
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