Y ahí estaba yo cuando el se me acerco,me cautivo su mirada tierna y a la vez picara,su pelo largo hasta el cuello que le daba ese toque de chico travieso ,sus labios carnosos,sensuales que mirándolos sentías la necesidad de besarles ;sus manos,que decir de ellas ,fuertes y a la vez suaves que sabían acariciar como nadie,cuando me acariciaban yo podía tocar el cielo.Al hablar derrochaba simpatía,la sonrisa su sello de identidad,al escucharlo era tal la transparencia de sus palabras y gestos que te cautivaban y su timbre de voz se quedaba en tu mente como cogidos por alfileres, para que nunca se te olvidaran.Siempre con sus vaqueros, el los sabia llevar diferente al resto;poco tiempo necesite para enamorarme de ese HOMBRE,y ese HOMBRE entro en mi vida,y entro para quedarse.Desde aquel día nuestras vidas cambiaron,la suya y la mía fueron como dos calles que concurren separadas hasta que se unen en una gran avenida,se podría decir que esa avenida seria nuestro camino en común .Hasta que un día la muerte nos separo,el terremoto de la soledad hizo añicos una de las calles,y yo me quede sola esperándote desde el Anden de mi vida, para volver a sentir.
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