Dios, pero este tío quién es.

Entrar o no entrar en el coche. En un instante veo multitud de opciones, yo misma dando explicaciones, desde mi responsabilidad lo siento Pablo, porque eres Pablo ¿no? pero debe de haber un malentendido, o desde su culpa pero qué broma es ésta, lo siento pero no te conozco yo no monto ahí. Pero lo más fácil es no hacer nada, no decir nada, continuar como si nada, pero me lo tiene que notar, se me ha tenido que poner cara de boba cuando le he visto, ¿es posible que no se haya dado cuenta?

Qué mal rato, si creo que estoy sudando. No parece que se haya dado cuenta, la sonrisa era de lo más natural cuando ha salido del coche, nos hemos dado dos besos y me ha abierto la puerta invitándome a entrar. Mientras conduce le veo sin mirarle, le oigo sin escucharle, no es guapo, la sonrisa es agradable pero desde luego no es el Pablo aquél que estaba para comérselo, bocao a bocao, por cierto algunos nos dimos aquella noche en la fiesta, ¿cómo puede estar pasando esto? Este está más bien gordo, aunque parece de los gordos prietos, que están en forma, no es un blando. En el perfil del face está de espaldas, y la foto del blog es de sus pies desde arriba, andando. Pero cómo pudo pasar, cuando me despedía del tío bueno le dije que me buscara en el face y a los pocos días un Pablo me pidió agregarle, no lo dudé ni un momento, cómo iba a pensar que no fueran el mismo.

Me está preguntando por Boston, el bogavante del puerto, nuestra última conversación en el facebook el otro día, le miro un instante y me mira, sonriendo, dice yo sólo conozco el canadiense pero tiene que ser el mismo ¿no? y se agolpan todas nuestras conversaciones de estos cuatro meses, the strokes, kings of leon, leon not lion, el club de la lucha, morla, tarantino, la hamburguesa sin cebolla.

Suelto ¿están echando ya inglourius bastards aquí? y miro hacia mi derecha, no quiero saberlo, no quiero, malditos aquí le llaman malditos bastardos, y me mira porque debe de acordarse de que ya me lo dijo por el face y por su blog y esta situación es grotesca dios mío que se acabe ya, sólo tenemos que pasar la tarde y no tengo por qué volver a verle en mi vida.

El restaurante es agradable, un poco inexpresivo pero agradable. Ahora ya no tenemos más remedio que mirarnos a la cara, pero también estoy mucho más relajada, es un buen tío, no lo estamos pasando mal, al fin y al cabo le conozco perfectamente después de tantos meses escribiéndonos, de hecho hace rato que todo me resulta familiar, tenemos muchos gustos comunes o no tan comunes pero los discutíamos con criterio, con buenos argumentos y sin acritud, ya conocíamos mucho del otro antes de vernos y ahora todo empieza a encajar poco a poco, su mirada y su sonrisa que ahora conozco por primera vez concuerdan con su forma de pensar y de sentir que ya fui conociendo durante estos meses, es extraño esto de conocer antes un alma que un físico, revelado así sucesivamente en este orden parece como que cada rasgo de la cara tiene su impulso interno, íntimo, una cierta forma de alegría que marca una sonrisa casi permanente, algo de ironía también, la timidez en una mirada que va y vuelve constantemente, en los cortos intervalos que se fija en la mía es intensa, y es ágil con la conversación pasando de un tema a otro con amenidad, no, no me aburro pero me parece un poco superficial, y creo que habla demasiado de sí mismo también, pero la ventaja es que me deja comer y escuchar, la posición más cómoda. Definitivamente no es mi tipo, me gustan con más carácter, y desde luego más guapos, pero cuando a nuestros chats y a su blog le ponía la cara del otro Pablo la verdad es que me parecía una combinación interesantísima. Definitivamente muy blandito para mí. Pero simpático. No, no tomo postre, te acuerdas muy bien, y el café solo. Si, sin azúcar.

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Pablo, parte del regalo de aniversario que tengo para ti es una confidencia, una revelación más bien, creo que después de todos estos años juntos te lo puedo contar, te va a hacer mucha gracia, espero. Es acerca de cómo nos conocimos, bueno y cómo nos encontramos físicamente por primera vez después de haber estado chateando aquellos meses que estuve en estados unidos, yo creo que cometí un error, te confundí con otra persona, vamos que fue un malentendido, no sé si me explico.

Y él se acerca con esa sonrisa que tanto le gusta a ella y le acaricia la cara, y ella lo siento Pablo quizá te lo debería haber dicho antes pero a veces pensaba que te podía molestar y otras no sé y él tranquila preciosa, no fue un malentendido y ella ¡Pablo!

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