Peques321 y LaPaca69 entran tomadas de la mano al templo. Les gusta ver los vitrales que permiten pasar luces coloreadas que ilumina el trayecto hasta el altar.

  Peques321 usa un bello Chanel verde pistache, zapatos altos que le ayudan a hacer lucir su figura. Es alta, rubia, ojos azules, senos grandes pero bien formados, lo mismo que su trasero que es perfecto. Ella usa un maquillaje natural no muy cargado. Por su parte LaPaca69, se siente cómoda vistiendo un minifalda negra de cuero, botas negras y altas con cadenas colgando, una chaqueta vaquera medio abierta y un sostén negros. Maquilló sus parpados y sus labios con negro.

  Están rodeados de gente hermosa que desde las bancas las observan admiradas y emocionadas. Algunos de los asistentes las envidian, otros las desean, todos las aman. 

  Llegan al altar y se besan, la concurrencia las declara amantes eternas ante su dios. 

  Desde su boda, no siempre están activas hay periodos en los que pareciera que se desintegran para no ser nada y de pronto un de ellas se materializa y busca ansiosa a la otra. -¿Dónde estás amor? ¡No ves que sólo vivo cuando estoy contigo! – Se dice aquella que se configura primero y no está en paz hasta que aparezca la otra. Va de sala en sala de su mundo esperando no encontrar a su amante esposa escondida en un salón oscuro explorando otras realidades. Pero siempre aparecen, siempre se encuentran. Siempre pueden ser felices en sus cuerpos hermoso, en su amor perfecto, en su sexo intenso. 

  Peques31 ve un día a LaPaca69 quedarse inmóvil  eso ha pasado antes, pero está vez no lo pudo soportar más y salió a otra sala donde coqueteo indiscriminadamente con un chico hermoso. Por primera vez tuvo relaciones con un hombre y no tenia miedo de decirle que era casada y que era lesbiana, se sentía libre y culpable. Volvió a su casa, confundida, y vio  a LaPaca69 reactivarse. No le contó nunca lo que había pasado, de cualquier forma pelean por muchos motivos pero siempre se consuelan, siempre se perdonan. Aman sus vidas y agradecen a su dios el que haya creado el mundo en se materializan sus almas. 

  Peques31 sabe que su alma no es como ella, usa ropa vieja, come demasiado y no se mueve, hace mucho que no siente el contacto de alguien más y por eso se siente fascinada de poder encarnarse como lo hace y amar como lo hace. Ella también sospecha que el alma de LaPaca69 no es tan intensa como ella, sabe que es virgen, sabe que vive rodeada de un infierno de restricción y contención y que por eso agradece tanto a su dios poder encarnar un cuerpo distinto en todo a su alma.

  Pero nadie agradece tanto a Dios que exista otromundo.com como Paty y Rosa, mujeres tristes, solas, atrapadas lejos de sus deseos que han encontrado el amor a través de sus avatares en un espacio creado por el dios tecnología. Dios adorad en el templo donde Peques y Paca se unieron hasta que la red las separe. 

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