¿Una mejor vida?

¿Una mejor vida?

Jr

03/05/2020

  Año 2015, la crisis se intensificaba a su alrededor y María José solo podía percibir en el ambiente la hediondez de las personas que no se bañaban por falta de agua, gente harapienta porque la crisis los estaba destruyendo, hastiada de las innumerables colas que a diario había que hacer por horas para intentar conseguir algo de comida; la desilusión de trabajar por centavos, que no alcanzaban para pagar una carrera de taxi, pero paradójicamente podías pagar el llenado de un tanque de gasolina de un coche, eso sí, había que orar mucho para que a tu auto no le fallara algo o se le ponchara una llanta, porque de ser así, la odisea que tendrías que vivir para conseguir un repuesto le quitaría a Ulises (Odiseo) todo el protagonismo en la obra de Homero. Ante este desolador escenario, María decidió buscar una nueva vida y migró a “una isla feliz”, donde todo era música, fiestas, casinos, piña colada, playas y sol; rubios altos con ojos más azules que el mar, afrodescendientes tonificados sin un gramo de grasa, latinos que no se consideran latinos y que ostentaban de una piel perfectamente bronceada; en fin, un cúmulo de biodiversidad humana que a ella le encantaba y la deslumbraban.

  Así comenzó una nueva etapa, un mundo lleno de posibilidades, la trillada maleta llena de sueños parecía haber aterrizado en el sitio perfecto, y  Mari arrendó una linda casa, con techos de color blanco y ventanas con arcos dorados que brillaban cuando les daba el sol y en el exterior había un jardín muy verde con hermosos cactus que solo inspiraban paz y tranquilidad. 

  Mari necesitaba conseguir un trabajo, porque de ilusiones solamente no se vive y más temprano que tarde comenzó a laborar (ilegalmente) en un restaurante lavando la loza, barriendo y pasando la fregona; si bien pagaban un poco menos del mínimo, el sueldo le alcanzaba perfectamente para vivir e inclusive ahorrar ¿qué más podía pedir? tenía casa, trabajo, seguridad, paz y sobretodo la certeza de que NO volvería a aquel infierno en que se había transformado su país.

  Aquella noche hacía un cielo despejado, estrellado, con deliciosos vientos que despeinaban tu cabello y acariciaban tu cara, Marijo se encontraba con una amiga comiendo unos deliciosos tacos en un famoso truck de la isla, cuando en eso llegó un hombre alto, rubio, fornido, ojos verde aceituna y una voz tan ronca que solo emanaba testosterona, hablaba poco español lo cual lo hizo más atractivo, y allí Marí sintió el poder que tiene la ley de atracción; él se presentó como el hombre perfecto, trabajador responsable, deportista, sin vicios, y a según muy buen bailarín; quizás la constelación de Orión confabuló esa noche para que esos dos seres se enamoraran y así fue…

  Esa era la vida que ella había soñado por años, independencia, libertad financiera y amor, pero está escrito que “de lo bueno poco” y con el paso del tiempo, María comenzaría a notar conductas extrañas en su galán, perdidas misteriosas durante días con justificaciones que dejan a Verne y su «Viaje al centro de la tierra» como un segundón en la ciencia ficción; y ella como buena mujer hizo sus pertinentes investigaciones y descubrió que ella era «la otra», de inmediato decidió ponerle fin a la relación; pero su galán de telenovelas no lo aceptó y se transformó automáticamente en el antagonista de esta historia; la amenazó con denunciarla ante migración para que fuera deportada si lo dejaba y ella por miedo a regresar al calvario que había vivido meses atrás, logró inteligentemente revertir la situación quedando nuevamente “como novios”.

  Sintiendo un profundo asco, desagrado, rechazo y miedo hacia ese hombre que algún día quiso, ella se sentía como una presa sin grillete, una esclava sexual que cambiaba nauseas por suspiros y vómitos por gemidos, así pasaron los meses y ella solo fingía, actuaba y simulaba querer al hombre que más despreciaba en el mundo, y para colmo de males, un hermoso retoño venía en camino y ella no sabía cómo decirle a su agresor lo que sucedía. Así que decidió ocultarlo por un tiempo.

  Su trabajo era de mucho ajetreo y lamentablemente comenzó a tener un sangrado vaginal, Ante esta situación ella va al ginecólogo y éste le confirma uno de sus mayores temores, era un embarazo de alto riesgo y debía guardar reposo. “Ser o no ser, esa es la cuestión” ¿Se lo dice? ¿Lo sigue ocultando? ¿Lo aborta? Con la cabeza llena de preocupaciones Marijo se fue a su casa a intentar dar con la solución correcta; después de tanto pensar esa tarde decidió decirle a “su novio” que estaba embarazada, esperaba que él se apiadara de ella y la apoyara; pero un patán, mentiroso e infiel jamás aceptaría que su amante pariera a su primogénito, por lo que le dice tajantemente que al día siguiente la llevaría a un doctor para que solucionara el “problema”, ella solo asienta con la cabeza dándole a entender que así se haría; luego él se marcha y ella de inmediato empaca lo que puede en su “maleta de ilusiones” para al día siguiente irse al aeropuerto y devolverse a su país, Mari era católica y no iba a matar a su sangre, no iba a despreciar el regalo más lindo que Dios le había mandado. 

 Apenas llegó a su casa natal, le escribió al progenitor de la criatura y éste la bloqueó, no le respondió y así María José pasó a ser una madre soltera y lo que le vino a continuación no fue fácil, rezaba todas las noches para que no se enfermaran y a diario se las ingeniaba para que no les faltara nada y como era una mujer de armas tomar, luchadora incansable, logró abrir una pequeña pastelería, que si bien no la hace millonaria, le permite vivir con algunos privilegios económicos tanto a ella como a su hijo en su moribundo país; y de ese mal hombre no supo más nada.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS