Madrid, España. Abril 2020

Querido amig@

“La noche de un sábado, me emborraché. No bebo… Recuerdo que dije – ¿Qué haces?… ¡Bueno para distraerme¡. Llegó el sol, y me encontré, justo donde me dejaron los desconocidos con quien había bebido toda la noche. En la nada, caminando llegué a la estación del tren, cerca una calle,  ésta me llevaría directo a casa. Ese trayecto se convirtió en un viaje a las profundidades que nunca olvidaré, estaba mal y avanzar era más complejo. Para el mundo era uno más, en cambio para mí, era dejar la vida en el intento. Comencé a lagrimear sin razón alguna, después me faltó el aire y perdí estabilidad, caí al piso y las lagrimas se convirtieron en llanto, sin explicación y muy profunda. Mi cabeza era un baúl, había puesto un candado y este se abrió… Sentí mucho miedo y mi casa se hizo inalcanzable. Escuche a lo lejos la voz de mi madre gritando mi nombre, resultó ser una señora quién me había permitido entrar en su familia. Me subió a su carro su esposo esperaba allí, en medio del llanto, desesperación y dolor preguntaron. – ¿Qué pasó ? – Sólo alcancé a decir: -¡ Quiero a mi mamá¡ ¡Quiero estar en mi casa! . Se ofrecieron a llevarme pero me refería a mi hogar y eso no podían dármelo. En mi casa nadie esperaba, sólo objetos… Nadie notaba sí llegaba o no y eso es terrible. Me llevaron a su casa, me dieron café, sopa, dormí, descanse y les di las gracias. A un (1) año lejos de mi país … Comprendí que estaba solo, aprendí que no lo estaba y noté que no había vaciado la maleta”

Podría hablarte de lo que perdí: la familia, los amigos, la estabilidad económica y emocional, contar con la gente que quiero, sueños construidos, mi atmósfera… Mi cómoda e insatisfecha comodidad.

Podría hablarte de lo que gané: experiencia, el “Yo capaz”. Aprendí a dejar lo material, porque viajar ligero es más gratificante. Creer, doblegar y educar al ego, valorar la comida sobre la mesa, disfrutar del país, incluso sin gastar. Quisiera decirte muchas cosas, pero no lo haré.

Te hablaré de lo que siento. Con frecuencia es como estar en otro planeta, puede que sea más puro el olor, los sabores más dulces, estimulan… pero, resulta ser ajeno, incluso el contacto físico. Mi emoción se resguardó en algún lugar y permanece oculta, por seguridad. Efectos segundarios de lo que pierdes, ganas o viceversa. Fue una sensación muy marcada lo que me llevó a lo que pienso. Los benditos recuerdos.

En una atmósfera nueva te bloqueas, todo es un obstáculo. Fui la victima, ¿Lo era?. Mis pensamientos se convirtieron en mi mayor rival, el obstáculo por superar, mi oponente más fuerte, yo, no me daba cuenta de ello. Los recuerdos, tiene un peso con el que no podía avanzar. Mi mente, se resistía; estaba condicionada. Una circunstancia compleja pasa, después, sólo fue una circunstancia sin complejidad. No era un asunto sobre lo que sentía.

Hay un punto en el que comienzas a extrañar y tienes esa sensación de querer hacer lo que sabes, mejor o peor, pero, no puedes, te frustras, estas en otro país, Te desdibujas. Me sorprendo a mí mismo con un abrazo. Hay momentos que me gustarían vivir con los que amo, pero están en otro lugar, mi país. Soy una persona de explorar, pero no me imagino regresando, mirar atrás, puede arrastrarte a las profundidades. Son anclas que te hacen querer volver. ¿Nos adaptamos fácilmente?. Puede tomar años pero, integrarse es imperante. Me gusta lo maravilloso, me aburre cuando no lo es. Estoy en fase de exploración, si te digo que estoy adaptado, “Estoy adaptado a mi cómodamente insatisfecha comodidad”.

Identifiqué los miedos, la respuesta fue inmediata. El que te paraliza es un asco, el que te mueve te salvará. Allí estará siempre, es natural. Son las formas de mantenerte a salvo. Estuvo presente al emigrar y aunque saliste enfocado en las mejores oportunidades; lo hiciste por miedo a no tenerlas, sin saberlo lo identificaste.

Evolucionar me hizo madurar a la velocidad de un rayo, o ir a la velocidad de un rayo me hizo madurar. Vivo en la frontera del deseo y el sacrificio. El tiempo transcurre tan rápido que valoras las oportunidades más insignificante, no tienes segundos para perder. Sobrevivir te lleva a las circunstancia, mueres y naces en el solo intento. Esto te conducirá a estados inigualables.

No se sobre tus creencias y la verdad no importa, lo importante es apegarse a ello cuando la incertidumbre se hace presente. Creo en lo que decimos y hacemos, considero que si difieren chocan y si son coherentes resultan ser beneficiosa. La fe, no puede faltar en ninguna circunstancia por muy dura que sea, es la llave que abre puertas a las oportunidades.

Es la vida, tiene un curso natural, no eres víctima, ni estás destinado. Entenderás que no es el país, el trabajo, la crisis, la sociedad quienes determinan. Tu día a día construye, la suerte o lo contrario son especulaciones que dibujará en colores claros y oscuros. Tendrás fracasos, que no lo son, porque te preparan para el siguiente nivel. El éxito, no lo midas en la formas que conoces, no son reales. Lo sabes al terminar el día. Es tonto medirse, compararse, puesto que el alcance es único, personal e intangible. No mido la vida por el total, lo hago por sus partes. Quédate con una sonrisa, quédate con sólo… Y sólo, con lo que te hace ¡Avanzar¡ No olvides, conviértelo, dale vuelta y avanza.

Has decidido moverte y lo has hecho por un cambio, cuando quedarte era lo más fácil. Sé que detrás de ello están los sueños y las fantasías. Sé lo que eres, aunque la impaciencia puede alterarlo. Somos valientes, nos gusta lo extraordinario … Las maravillas… La vida.

Así resumo mi crónica: valentía, otra forma de miedo y que no me detiene.

Con afecto, tu amig@

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