Hace mucho tiempo sobre los alrededores de una pequeña comunidad en los campos rurales, cuenta la historia de una familia compuesta por un pareja de ancianos y sus hijos y nietos que Vivian allí desde hace muchos años; en su pequeña parcela que había sido heredada de generación en generación como era de costumbre , allí sembraban sus alimentos y cultivaban para vender en su comunidad, compartían todos los domingos en su iglesia con los vecinos y miembros de su vereda, salían a pasear por sus campos casi todas las tardes con las mascota, dos hermosos labradores, dándole a esta familia un ciclo de vida relativamente muy tranquilo.
Pero un día todo eso cambio, un grupo de aquellos que generalmente son campesinos inconformes con la ejecución del gobierno en su región o país, y que se estaba levantado en armas , decidió pasar ese día por un camino cerca de allí, cuando vieron que en esta casa había dos jóvenes que al parecer eran adolecentes, decidieron reclutarlos a la fuerza, con total oposición de la familia, tanto así que en ese día la discusión fue tan severa, que ese día acallaron para siempre la vida de estos dos ancianos y uno de sus hijos mayores, padre de aquellos dos muchachos que se estaban llevando por la fuerza, un disparo en la cabeza llevo cada uno de ellos, y en aquel día , toda la comunidad estuvo de luto por la perdida, de cómo ellos decían unos honrados ancianos y una hombre ejemplar en su familia, dejando una viuda y una madre sola en desesperanza y profundo dolor con sed de justicia.
Esta es la historia como muchas que se escucharon en mi país; si, Colombia
Un lugar ubicado en el noroccidente de América del sur , bañado por dos océanos, y con un impresionante sistema de venas hídricas, una biodiversidad exquisita
Sin embargo, bañada por muchos años en la sangre de un conflicto que tomo las vidas lastimosamente de muchos inocentes, como un daño colateral entre grupos armados y gobierno, es una descripción muy corta y breve para colocar en contexto de lo que hablaremos mas adelante.
Sedientos de justicia , así llame este articulo inspirado en las palabras de aquel maestro rabino hace más de dos mil años , que inspiro , transformo y cambio la perspectiva de la humanidad así como el tiempo, sus palabras parece que hoy fueran tan frescas e intensas como en aquel tiempo.
Sed es una respuesta biológica del cuerpo, cuando hay una deshidratación de nuestro organismo,
De la misma manera nuestra alma y ser interior, constantemente expresa esta condición en nosotros; aunque con cierto grado de dificultad, muchas veces no la reconocemos aunque está latente allí.
Las personas como las de la historia que les narre al inicio, que han vivido experiencias con tanta tención emocional y mental, viven este vacío y necesidad de ser saciados de justicia, como en otras experiencias traumáticas y severas, un divorcio, una violación. un robo, una maltrato entre otra mas
el gran asunto acá y que debemos tener en claro, es que cuando hablamos de justicia desde la perspectiva del alma y espíritu, no es posible que sea satisfecha por medio de instrumentos humanos como los la justicia legal de los hombre, o por toma propia de las manos del afectado en este contexto.
La justicia procura el equilibrio y satisfacción de un orden ¿pero que justicia puede saciar el alma y el espíritu de aquella mujer que quedo sola y con una impresión casi a fuego en su vida de perder su familia en un instante?
Cuando se habla de justicia de Dios, uno se imagina un Dios que pesa el bien y el mal, que administra la justicia como Salomón en el Antiguo Testamento o como un juez de hoy.
Sin embargo, ¿Puede haber al mismo tiempo justicia y misericordia?
El salmista dice: «El amor y la verdad se encuentran, la justicia y la paz se besan». Es una especie de programa de reflexión para la vida social. Amor y verdad. No el uno sin la otra. Justicia y paz, no la una sin la otra. Desde este punto de vista, la misericordia de Dios cohabita con la justicia, y lo mismo al contrario. Lo que evita dar a la misericordia un carácter demasiado dulzón, que lleva a confundirlo todo. La misericordia de Dios es también «Derribar el trono a los poderosos y enaltecer a los humildes».
Sin embargo hay una sutil inclinación del corazón, como el de aquellos siervos inconformes que trabajaron más tiempo y recibieron lo que se les había prometido. Lo que les incomoda no es lo que han recibido, sino que los otros reciban lo mismo.
(Mateo 20)
Nos enfrentamos a una gran pregunta ¿cómo articular entonces la justicia de los hombres tal como nosotros podemos realizarla, aunque sea de manera imperfecta, y la justicia de Dios? (Lucas1:52)
Para comenzar debemos entender que la justicia de Dios se encarna en Jesús que viene a arrollarlo todo, comenzando por nuestra propia escala de valores. Yendo a buscar a los leprosos, cojos, paralíticos, prostitutas, derribando nuestras jerarquías más asentadas.
para comprender mejor la justicia de Dios, es necesario que nosotros mismo trabajemos por la justicia de Dios sin olvidar que es un efecto de la gracia, y no un resultado propio en nuestras fuerzas. Para esto debemos acoger la gracia que implica siempre un trabajo de regeneración, transformación y madurez del hombre
en conclusión para logar ser saciados de justicia, no solo como la que ofrecen los hombres, que carece da paz y no da descanso a nuestras almas abatidas y heridas, debemos hacer nuestra, tanto la verdad como el amor, tanto la justicia como la conocemos o profundamente como Dios la da, y la paz interior que el nos ofrece (Juan14:27)
Necesitamos hallar perdón en nuestros corazones, y permitir que Dios haga su justicia
Y así serán saciados los sedientos de justicia
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