Las lunas hablan por mi. Los búhos hablan por mi. Las estrellas fugaces bailan por mi. La naturaleza siente por mi. Su reflejo es la existencia humana que está puesta a un desafío de una pequeña parada cuando se puede reflexionar y sentir lo efímero que es todo lo que la rodea. Al mismo tiempo lo frágiles que somos al lado de las hormigas que parecen ser más grandes que un ser humano… Me convierto en la pequeña parte de la belleza de la naturaleza a la que tan hace poco había abandonado por mis prisas hacia no se sabe donde… Por fin esos instantes parados me recordaron de lo más importante: vivir.
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