Cambiemos nuestra realidad

Cambiemos nuestra realidad

Nicolle ST

24/04/2020

Voy a comenzar diciendo que este tema no puede ser tomado a la ligera. Estudios señalan que aproximadamente 258 millones de personas viven fuera de su país o lugar de procedencia debido a que emigraron por diversos motivos. Un preliminar realizado desde una perspectiva de género señala que, en principio, migraciones identifica la realidad de mujeres extranjeras, madres de hijos peruanos, todas ellas con el común denominador de aspirar a una permanencia amable en nuestro país para proyectar bienestar en sus respectivas familias. Así entonces, migraciones asume el compromiso de convertir el análisis de cada expediente por el de análisis jurídico y social de casos humanos. El objetivo inicial es que dichas mujeres accedan a una correspondiente calidad migratoria con el consiguiente carné de extranjería, basado en su condición de madres de hijos o hijas peruano(a)s. A partir de ello, es que la situación migratoria de cada extranjera se configura como la búsqueda de la solución de un caso de la vida misma, en el marco de la ley y normas reglamentarias. Migrar constituye un movimiento que arroja a los seres humanos a una situación de vulnerabilidad particular y extrema. Al atravesar fronteras nacionales, el migrante se enfrenta con prácticas y normas de ciudadanía que violan de diversos modos sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales, muchas veces basadas en concepciones de esta que excluyen al extranjero de la posibilidad de ingresar con plenos derechos en la denominada sociedad de acogida. Muchos piensan que una migración es algo positivo, pero la realidad es que con esto las personas se siente vulnerables a un punto bastante crítico. ¿Y cómo no van a sentirse así después que muchas personas los llaman “invasores” o “plagas” cuando ellos lo único que quieren es un lugar donde vivir? Tampoco es nada fácil separarse de tu lugar de origen, y mucho menos de tu familia. De todas formas, ese no es el principal problema con esto. Las personas pierden su libertad, sus derechos, son discriminados todos los días y les ponen nombres horribles como decirle “veneco” a un venezolano. Así como hay personas que los juzgan, existen también personas indiferentes a esta realidad. Todas estas cosas influyen negativamente en la clase de persona que somos, porque estaríamos siendo prejuiciosos con ellos solo porque no tuvieron la suerte que nosotros tenemos de tener un techo y poder vivir con nuestra familia. Luego de revisar la mayor parte de noticias que podemos encontrar sobre este tema, llegué a la conclusión que, por más noticias, seguimos siendo prejuiciosos o indiferentes. No son todos, pero así sea una mayoría o minoría, debería simplemente no ser ninguna de esas. El ACNUDH ha creado diversas herramientas para perfeccionar el marco jurídico de protección de migrantes y apoyar a los Estados en el cumplimiento de sus obligaciones en la materia. “Los mecanismos de derechos humanos, tales como el Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes y el Comité sobre los derechos de los trabajadores migratorios, han declarado de manera inequívoca que, si bien los países tienen el derecho soberano de decidir las condiciones de entrada y residencia en sus territorios, también tienen la obligación de respetar, proteger y cumplir con los derechos humanos de todas las personas que estén bajo su jurisdicción”. Los derechos de estas personas se ven completamente afectados al no respetarlos como se merecen. Realmente todos nos merecemos respeto seamos como seamos, vengamos donde vengamos. Hay una serie de medidas para ser aplicadas desde el área de las políticas públicas y desde las articulaciones que puede generar la cooperación internacional. Desde esa perspectiva, apuntando a la creación de sistemas de protección e instrumentos de política social adecuados a la demanda de los tiempos que corren, se propone, entre otras cosas: 1) reorientar los programas tradicionales para la infancia y la familia que permitan construir nuevas redes de protección. 2) la elaboración de programas de respuesta rápida para los casos graves. 3) planes de prevención de la marginación a partir de sistemas geo-referenciados. 4) nuevas formas de difusión de los derechos de niños y niñas. 5) la creación de mesas de trabajo común entre los organismos de infancia y los policiales y migratorios; vi) privilegiar en el sistema educativo el valor y alcances del sistema democrático. 6) realizar convenios en torno a sistemas de información que faciliten la documentación, radicación o registro del migrante. 7) establecer acuerdos sobre la transferencia y uso común de recursos humanos calificados. Todos estos puntos se presentan como una base impostergable para encontrar respuestas eficaces a los efectos de la migración sobre los socialmente más débiles o vulnerables. Estas podrían ser algunas soluciones para esta problemática. Como sabemos este tema afecta a las diversas partes del mundo, y uno de los continentes más afectados es África. “Una espiral de violencia acompaña a las mujeres migrantes en África, tan envolvente que el riesgo de sufrir agresiones en sus vidas se reproduce, incluso con más fuerza, cuando deciden abandonar sus hogares precisamente para librarse de ellas”, señala la notica de ELPAÍS. La profesora de Relaciones Internacionales y coordinadora del Grupo de Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid, Itziar Ruiz-Giménez, explica que la metodología de escucha activa del proyecto aporta un valor en sí mismo. “Ya tocaba cerrar la boca y abrir los oídos para que sean las migrantes en movimiento las que expliquen sus propios sufrimientos por el sencillo hecho de ser mujeres”, señala. En principio, durante los próximos cuatro años 6.400 participantes de estos ocho países diferentes en contextos de desplazamiento serán acompañadas para romper la espiral de la violencia en las que viven y convertirlas en muros de contención que, tal vez, generen espacios seguros. Hay personas que a pesar de ver este tipo de noticias y esta realidad siguen siendo indiferentes ¿Será que algún día cambiarán su forma de pensar? Este fenómeno solo va a parar si hacemos algo. Solo nosotros podemos cambiar esto. Piénsenlo.

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