Viajar,

a donde quieras, pero contigo

a un hotel o un camping

un tren sin destino.

Una playa,

vacía o llena de gente,

da igual el ambiente

si te llevo en mi mente.

Sin equipaje,

pero con las alas cosidas,

para volar al cielo

y curar mis heridas.

Será largo

o tal vez para siempre

quizá sea un momento

muchos me lo advierten.

En enero,

con el frío de febrero

o al sol de agosto

ser feliz es lo primero.

Quereros,

a ti y a lo que escribo

aunque todavía no os conozca,

mi querido libro.

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