DERECHOS DE AUTOR

-Hola querida, pasa, no te quedes ahí.

Ven, ponte aquí, a mi lado, para que pueda oírte mejor. Aquí, que se está calentito ¿Lo sientes?

Ven y cuéntame, dime, que te trae por aquí, después de tanto tiempo…

-¿De verdad ha pasado tanto tiempo?

-Mucho, pensé que me habías olvidado.

-Pude, pero no quise.

-Olvidarme ¿Cómo? Eres parte de mí.

-O tú parte de mí.

-Si soy parte de ti, como dices, soy la más importante.

-Entonces ¿cómo he podido vivir sin ti?

-No has vivido, solo lo has intentado.

-¿Quieres decir que he estado muerta?

-Helada, más bien…

-De acuerdo, eso lo acepto.

-Pero, insisto, ¿Por qué has vuelto?

-Porque necesito escribir, un relato, uno bueno, de esos que hacíamos antes.

-Ya entiendo, me necesitas para sacar algo bueno de ti ¿no te basta con tu cerebro?

-No me has escuchado, te necesito a ti, como antes.

-¿No has pensado que yo ya no quiera escribir contigo?

-No seas vengativa, he tenido otras cosas que hacer.

-Otras cosas ¿qué cosas?

-Ocuparme de que mi pequeño mundo funcione.

-¿Y crees que eso lo has hecho sola?

-Bueno, no te insisto más.

Si no quieres escribir conmigo, no escribas.

-No he dicho que no quisiera.

¿De que se trata ésta vez?

-Relato filosófico.

-Cada vez me lo pones más difícil.

-No, cada vez me lo ponen más difícil a mí.

-Está bien y ¿de qué piensas escribir esta vez?

-No lo sé aún, pero espero que tú lo sepas.

-Yo sé lo que sé. Pero no creo que tú quieras saberlo.

-¿Que no quiero saberlo? ¿Que es lo que no quiero saber?

-Primero hablemos de negocios, esta vez quiero cobrar derechos de autor.

-Cobrar, pero si yo no cobro, ¿cómo vas a cobrar tú?

-Y ¿por qué lo haces?

-Ya te lo he dicho, porque nos han encargado un relato.

-Filosófico.

-Eso.

-Y tú que sabes sobre eso.

-Pues he leído bastantes textos que te hacen pensar, ¿de eso se trata, no?

-Entonces a ver qué te parece esto: ¿Te apetece escribir sobre una mujer que rechaza el amor, porque tiene miedo de enfrentarse a su propio corazón?

-¿Quizá esa mujer se llame Amaranta?

Y no, no me apetece hablar de amor.

-Bueno, quizá te guste más esto: “Sueño con la primera cereza del verano. Se la doy y ella se lo lleva a la boca, me mira con ojos cálidos, de pecado, mientras hace suya la carne”.

-La Lengua de las mariposas ¿me propones hablar de odio?

-Más bien de miedo.

-¿O de Oliveira vagando por los puentes de Paris en busca de la Maga?

-Ya te he dicho que no me apetece hablar de amor, además, no quiero comentar textos, quiero uno propio.

-Y si no lo es ¿crees que los demás se darán, cuenta?

-Por supuesto, ¿crees que son idiotas?

-Y además está el profesor.

-¿Un buen profesor?

-Sin duda.

-Eso ayuda, pero aún no sabes de qué escribir.

-Oye, es verdad que se está calentito a tu lado.

-Ya te lo dije, pero no evadas el asunto.

-No es eso, solo quería agradarte.

-Me agradas, que más.

-Creo que esta vez no voy a poder.

– ¿No tienes tiempo?

-De eso me sobra, podría hasta vendértelo.

-Y ¿qué iba a hacer yo con tu tiempo?

Estábamos…

-Si, en no poder.

-Pues yo podría escribir tantas cosas de ti…

-Sí, pero eso es porque estás dentro de mí, eso no cuenta.

Y además ¡ni se te ocurra contar nada!

-Tranquila, solo puedo hablar contigo, eres tú la que se puede ir de la lengua.

Es por eso que no quieres escribir, ¿para no enseñar más de la cuenta?

¿De eso es de lo que no quieres hablar?

-No, no es eso, o si, tu lo sabrás mejor. ¡Se me había olvidado como consigues sacarme de quicio!

-Creo que estamos llegando al quiz de la cuestión.

-Qué cuestión, oye que ¡solo te he pedido que me ayudes!

-Entonces ¿no quieres oír la verdad?

-Voy a irme a dormir, eso es lo que voy a hacer, no quiero escucharte más.

-Pues ahora soy yo la que quiero hablar.

-¿Y si no te lo permito?

-Querida eso nunca me lo ha impedido.

-No me llames querida, suena a película antigua.

-De las que te gustan.

-Sí, pero no estamos aquí para eso.

-Pues, dime tú, para que estamos.

-¿Para escribir?

-¿Para tu profesor? ¿Para tus compañeros?

-Todavía no lo sé, puede que quede solo para mí.

-¿Y el relato filosófico?

-¡Qué le den! ¡Tú empieza!