REINA MADRE

Cuarenta días y más, pienso en vos…

Ni por ocio ni por nostalgia ni porque me angustia no saber lo que vendrá. Te escribo porque TE ESTOY AMANDO mientras recuerdo las mil y una noches que me diste. Ese amor inmenso, tan fuerte que resguarda, tan noble que enternece, tan leal que compromete, tan presente que acaricia y calma.

Sueño con vos y nuestros momentos: las charlas, las mesas, y tantas batallas; pero aquí estamos, para una más. Sé que estarás bien, porque confío en tu espíritu joven, tu alma inquieta, tu cuerpo sano, tu mente activa, más que en la llegada de la vacuna.

Ay querido VIRUS, porqué viniste a aislarme de ELLA? Deberíamos aprender esos mimos virtuales? Será difícil para las dos, porque disfrutamos del roce y del perfume de los nuestros. Anhelo abrazarte y estrujarte a besos cada vez que me abrís la puerta de tu casita. Porque sin importar cuantos metros cuadrados diga la escritura ni cuántos víveres tengas en tu almacén, compartís hasta el último rincón, hasta el último bocado; porque lo tuyo siempre fue nuestro, pero ni tu herencia ni tu fortuna, mejor que eso: tu amor.

La Corona es para vos, mi REINA MADRE, quién todo lo puede, quién ríe, canta, baila, ayuda y participa. Una madre que no duerme pero tampoco se cansa, que hizo frente a montones de virus y los venció. Humilde y compasiva, guerrera valiente que lucha contra sus miedos. Una alumna que aprendió muchísimas cosas pasada la edad esperada, pero que se animó a hacerlo como ella misma lo enseñó a sus alumnos.

Por ELLA también aplaudo cada noche. Me gustaría gritar al viento su nombre para que los vecinos la aplaudan también. Y aplaudo con ánimo, eligiendo el sentido de estos pausados 40 días. Apuesto a que algo aprenderé. Recibo la crisis como la oportunidad para decirte CUANTO TE AMO MA!

Y al que necesite el antídoto contra la “debilidad humana”, le recomiendo a mi mamá, un ejemplo de fortaleza, integridad y salud.

Ella es mi inspiración, ella me salvará una vez más!

Tu hija.