​PONTUS EUXINUS

​PONTUS EUXINUS

J.C.

06/03/2020

Octubre ,1920.

Es la historia de mi familia,y de los cincuenta mil migrantes griegos masacrados en Esmirna ( ahora la llaman “ Izmir”) y otras ciudades del Asia Menor .

El genocidio de las tropas turcas de Mustafá Kemal Atatürk.

Ata” significa “padre”.Atatürk” sería pues “padre de los turcos”, creador de la Turquía moderna.

Padre Ata. Padrecito Kemal .Hijo de una madre. Hijo, si. Hideputa que mató a mi hermana y a mi tío Gorgos.

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La Historia la escriben los vencedores.

-HUID!!!

Fatídica noche, cuando él Tío Gorgos oyó llegar a los hombres de negro. Carne de grilletes con turbantes, dagas afiladas, desplegando sonrisas y miradas torvas.

-A ta daimoinía (“los demonios vienen”). HUID!!!

Salimos a escape, corriendo entre los olivares.

Los que se quedan, paralizados, son ya hoy huesos mineralizados. Sus restos serán descubietos cincuenta años más tarde; pasatiempo de erúditos y de falsos historiadores pagados . Spyros recibe un balazo en el cráneo.

Leguleyos y burócratas entre olor a luminol y aceites para armas de fuego darán una versión conteorneada y falaz de la Historia.

Expedientes cerrados. Pan seco. Adulteración y blanqueo de la masacre digerida.

Nosotros queríamos llegar al Mediterráneo y embarcar en chalupas para cruzar hacía la Grecia Continental.

En esa franja de terreno se produjeron la mayoría de los asesinatos. ¿He dicho 50.000 griegos migrantes asesinados?. Eso por hablar sólo de Esmirna. El total de griegos pónticos asesinados fue de casi un millón.

Stalin: “La muerte de un hombre es una tragedia. La muerte de un millón de hombres, una estadística”.

La memoria hace extrañas jugarretas. He olvidado como corrí esa noche. Pero tengo el zoom para sacar primer plano de mi hermana con un vestido verde calipso siendo violada.

Sólo pudimos traer sus huesos a Kalamiti en 1955.

Los turcos son imparables. Sólo Tamerlán había podido frenarles, cuando ganó al ejército de Bayaceto en Asia Menor. Esas seis leguas de Esmirna a las playas iban a cobrarse la vida de miles de migrantes.

Huíamos bajo la luna que ribeteaba en las cúpulas techadas de las iglesias ortodoxas. Con su pálido y brillante lustre, la luminosidad y el espantose hibridaban, mientras que nos despeñábamos hacía el mar. El Mar. Thalassa? Thalassa? (“el mar, el mar”) Repetíamos. Buscábamos la salvación preguntando dónde estaba el Mediterráneo; al igual que Jenofonte y sus diez mil mercenarios cuando llegaron a las orillas de Trebisonda, en el Mar Negro.

(Si quieren quedar bien, como personas cultas, educados en colegios caros, digan Pontus Euxinus, en vez de Black Sea).

Detrás de nosotros los disparos; los turcos nos seguían a caballo.

Los hoplitas de Jenofonte buscaban el agua desesperadamente. Huían de los persas, tras la derrota en Cunaxa y la muerte de Ciro a manos de su hermano Atajerjes.

Toda esta movida la tienen en La Anábasis

Hoy día la ciudad se llama Trabzon y es una fea ciudad de cemento, asfalto y kebabs con carne traída del depósito de cadáveres. Antes era polis griega y se llamaba Trebisonda.

Héroes aqueos, mujeres dóricas, épicas victorias, sílfides, diosas vestales, hoplitas valientes, columnas corintias, literatura, Aspasia, hetairas y lujo. Somos griegos.

Ahora, sólo hay turistas alemanes con sandalias y calcetines blancos comiendo chucrut . Los turcos son perros de pelea con afilados colmillos, maleantes renacentistas que violaron a nuestras mujeres griegas.

Atacan, matan , violan , vencen.

Turcos a las puertas de Constantinopla..

Mehmet II limpiando el forro a Constantino XI. Una de nuestras¿tradiciones? dice que interrumpieron una misa ortodoxa en Santa Sofía. Y que Istambul – me da arcadas decir éste nombre- volverá a ser griega y ésa misa se terminará. Algún día.

Murmullos de conspiración nocturna. Cambiarán las tornas. Recuerdo vagamente esas noches en forma de retazos de conversaciones, églogas, juramentos de volver a nuestras casas y matar a los keptes.

Limpieza de sangre: solidez en nuestros conceptos, Eleftería o tanatos.

Cruzábamos sigilosamente pueblos dormidos que parecían tan irreales como ficciones de nieve y marfil. Caminábamos de puntillas bajo sus arcadas y por las empinadas callejuelas que se enredaban en las esquinas, perseguidos por los turcos.

El acoso del enemigo nos obligaba a estar en permanente movimiento. Con los ojos enrojecidos por el humo nos turnábamos en la vela nocturna, semidormidos en cuevas y tumbada en claustros.

Nos cubríamos con ramas y hojarasca. La vida en términos trágicos yheroicos.. Daguerrotipos del siglo XIX. Farolas de gas que iluminan sombras que huyen.

Balas rebotando en los estrechos pasadizos y callejones.

Acortamos vadeando un pequeño arroyo para despistar a los perros. El agua menguaba, erasólo una red de mercurio atravesando grandes rocas dilapidadas, pálidos arcos de masonería. Los sonidos de nuestros perseguidores nos apremiaban.

Un murmullo de conspiración en la paz nocturna. Balas silbando entre las ramas de olivos centenarios. Escuchábamos a los perros cuando, reventados de cansancio, nos parábamos brevemente parapetados tras un muro, percibiendo los pasos de la patrulla turca, conteniendo la respiración.

Los colores se dulcificaban y hundían y cada piedra agonizante disputaba su avance a las tinieblas. El amarillo malaria se funde con el gris de hombres muertos. Yuxtapongamos nuestra imaginación y extrapolemos: los griegos siempre estamos huyemdo.

Algunos se esconden en acequias , blocaos y casas deshabitadas donde hace muicho frío y sobran muebles.

Los turcos prometen a los campesinos manduca sabrosa y muchos son delatados, pero San Jerónimo, el eremita de las 300 tentaciones, nos protegió con su manto.

Avanzando en medio de la Oscuridad, San Simeón el Estilita nos cubrió con un manto protector a mi familia y a mí.

Estábamos a punto de llegar a los lanchones de salvamento. pero, de repente cinco balas turcas. Cuatro degradadas por el paso del tiempo. Una en el cráneo de Tío Gorgos. Considerémoslo desde todos los ángulos: murió a pocos metros de la libertad.

Ha pasado mucho tiempo. Ahora los migrantes son otros: pakistaníes, afganos, sirios.

Yo les acojo en mi casa, porque es lo que me gustaría que me hubieran hecho a mí.

Isla de Quíos, Febrero del 2020.

Para AMELIA.

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