Te regalé una bonita sonrisa de Joker, porque es la única que me sale espontáneamente cuando estoy en problemas, especialmente porque mirabas mi foto en el ordenador y la comparabas con la del pasaporte.
– ¿Por qué viaja solo? (amablemente)
– Viajo solo porque huyo de mí mismo. Así es más rápido moverse de un sentimiento a otro y evitar las decepciones.
– ¿Destino final? (esta vez con una mirada intimidante)
– No tengo. Estoy improvisando mi búsqueda de libertad espiritual. Me gasto los días como si fueran las hojas que caen de un árbol en otoño.
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