¿Cómo saber lo que sentí cuando falleció mi papá? ¿Cómo discernir si el sentimiento fue instantáneo o atribuido en un análisis posterior del hecho, en un primer recuerdo o más desfasado aún: si lo que sentí solo forma parte de un relato elaborado, dentro de un marco de idiosincrasias comunes en las personas a las que debería o no contarles, en algún momento, lo que había sentido? Creo que es no es posible asociar una emoción con un hecho. Al sentir, se pierde la noción. La identidad de los sentimientos viene después y es inexacta. Para el relato, el sentimiento fue “sorpresa”.

–¿Y qué más?

–¿Cómo “qué más”, Dr.?

–Claro, la noticia fue sorpresiva y te sentiste sorprendido, como con cualquier noticia inesperada. Pero, después, ¿qué sentiste? ¿Tristeza? ¿Impotencia? ¿Qué fue realmente lo que te provocó la muerte de tu padre?

Pareciese ser que los sentimientos son dinámicos. No es que estén fuera de tiempo: lo que ocurre es que varían inmediatamente, en su intensidad o tipo, (que en todo caso, es la misma variación. El aumento o disminución de intensidad de un sentimiento lo convierte en otro) a gran velocidad y siguiendo un orden jerárquico. ¿No es acaso normal que después de una “sorpresa” sobrevenga una sorpresa mayor y más sofisticada? ¿Un “desconcierto”, por ejemplo, u otra emoción superlativa? Porque, eso sí: si el hecho fue movilizador, el orden debe ser ascendente. Me quedé con “abatimiento”

–Abatido, Dr.…

–Ajá…

–Como que si todo si me hubiese venido abajo.

Y fue aceptable. Sentirse abatido no es poca cosa. Es más exacto que “desconcierto”, y menos enfermizo que “desesperación”. Además, creo que la comparación ayudó. Una sola palabra para describir un estado de ánimo hace dudar de su veracidad. De todos modos, ya no importa. Pude hacer que se detengan las preguntas y retirarme dejando una buena impresión. En algún momento, en una semana, en un año, cuando se despierte en mí eso que llaman “curiosidad”, voy a intentar saber lo que sentí cuando falleció mi padre. Sé que, si logro evocar alguna, esa o esas sensaciones no van a tener un nombre ni se van a poder conceptualizar dentro de ninguno de los órdenes de las emociones humanas.

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