Aquella Mañana en Misa

Aquella Mañana en Misa

Icemann1900

14/01/2020

Para variar un poco mi familia llegaba atrasada siempre, mi madre y hermanas se metían al baño a maquillarse y se arreglaban, como sí esos productos hicieran magia…

Mi Padre de tanto en vez, miraba su reloj y las reprendía indicando que Él. ¡Debía afeitarse pronto y que no quería terminar cortado como siempre!.

y desde el interior las voces » le indicaban que solo les falta muy poco » en realidad ese poco no terminaba nunca.

Desde que abrí, los ojos siempre despertaba en la iglesia, aquella estructura de hermosos vitrales antiguos.

Otra veces entre semanas pero sobre todo los días domingos, eran sagrados entrar en esa gran construcción de techos abovedados y grises.

En el centro del altar había un hombre semi desnudo, muy delgado, pálido, colgando de las manos, pies y con una herida en sus costillas.

¿Por qué?

Yo miraba mí alrededor y todos estaban vestidos, incluso algunas mujeres, tenían unos sombreros horribles, que parecían un gato atropellado, (y según ellas, era el último grito de la moda). Otros llevaban largos abrigos y coloridas bufandas.

Mientras Él, permanecía así?

Desde el hombro de mi mamá, mientras se persignaba y lo hacía conmigo también le pregunté.

¿Quién eres Tú?

y nadie respondió a mi súplica, tal vez por la bulla y los murmullos, puesto que había un señor con túnica verde, y desde el altar con el micrófono en mano, mal conectado con mucho eco e interferencia decía :

—Queri… her… ###???####

—Sean tod.. bien… ???####

Al parecer la concurrencia que estaba en las primeras bancas sí se entendía el mensaje, puesto que a cada palabra, todos asentían con la cabeza en señal de aprobación.

Pero los del final del pasillo no, aquí no se entendía nada

(Sin embargo nadie se animaba indicar que no se escuchaba)

Solo llegaba el eco de las palabras entrecortadas

Y luego continuaba diciendo :

—Uste… y bla, bla.

—y el Am… de nues… señ….. y bla bla ####&&&?????.

Lo que se entendía muy bien, era cuando enviaba a sus acólitos, con un platillo a recoger la ofrenda.

Tras un instante dio unos golpecitos al aparato, que chirriaba cada vez más, hasta que el mismo lo apagó y siguió dirigiéndose a viva voz.

—Luego el religioso los invitaba a rezar y todos casi en forma instantánea bajaban sus rostros en señal de duelo.

Algunos ofrecían dejar el alcohol, otras personas como mi hermana, llevaba muchas velas y cantaba y cantaba ave María y esas cosas, pidiendo aprobar su grado en la universidad, que estaba casi perdido por las fiestas.

Otros implorando, señor ten piedad de nosotros.

Incluso la señorita Eduvigis, una mujer muy religiosa, la que llevaba un viejo escapulario de un santo mártir. Creo que éste ya estaba de rodillas atendiendo tantas peticiones de la devota. Ella le contaba a todo el mundo, que aún tenía la oportunidad de volver a casarse, por quinta vez (de todos había enviudado).

Aparte tenía el mal hábito de saberse la vida de casi toda la cuadra circundante.

También portaba una estola de zorro, muy raída, en realidad (quedaba muy poco del malogrado animal que estaba un tanto apolillado).

Dentro de los concurrentes, estaban las hermanitas Linero, unas señoritas mayores de quienes se decían que solo venían a buscar novio de nuevo, así comentaban las malas lenguas.

Al final entendí, que todos pedían cosas, cual más, cual menos… pero siempre necesitaban algo, Yo, para no ser menos, solo pedí que aquel señor que estaba colgando, dejará de estarlo, porque creo que tenía frío

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