La esperanza es distraída, es terca, se hace la loca, busca la forma de sentirse cómoda con lo que se presenta, no se lo piensa mucho. Hay sorpresas que no lo son, más bien son facturas de la vida que tienen fecha de cobro y caducidad; nadie sabe cómo pero llegan, no necesitan ser puntuales, de una u otra forma, así es.
Ellos se quedan a la espera de la esperanza, como que tuviera una varita mágica y al moverla resolviera lo gastado de lo vivido y lustrara lo áspero de la realidad. Pero nos asimos de su luz y vanidosa terquedad.
¿Para qué te maquillas? Es lo mismo, no te das cuenta que todo este tiempo sabemos lo que vendrá y pese a ello andamos con atuendos y afiches que nos dan aires de que la situación es y no será de otra forma.
Me cabe un suspiro, me lo llevo para el dormitorio y te dejo con los sueños….
En tu cuerpo no hay suspiro que valga, antes de eso le precede una tos agazapada en tus pulmones de mujer que fuma y cree que no pasa nada… Que vive el hoy y no sabe que hay más allá.
¿Cuales son los deleites de la vida si la encasillas en sus bordes? Lárgate con la cantaleta a joder a otros, yo ya se…
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