¡Cuánto me alegré de estar preñado!

de ser coautor de tus delicados cimientos,

de convertirme en padre más que de serlo,

de gritarle al mundo por los cuatro vientos.

Salir contigo no fue difícil,

encontrar la forma de distraerte, de regalarte, de complacerte,

porque así en realidad revivía yo…

así rejuvenecía mis años mozos publicándote en redes sociales,

todo nuestro tiempo juntos,

todos nuestros grandes momentos,

me ufano de lo que realmente escondo.

Perderme contigo en la urbe y en la nube,

robarte momentos en la redes y en los bailes,

perderme, perderme si, en tus diversiones…

cuando realmente lo que me estaba perdiendo nunca lo vi,

no lo vi venir, tú estabas sediento.

Lo que me he perdido ha sido el mundo,

el cambio de tu mirada, de tu semblante, de tu sonrisa,

esa duda en tus ojos,

esa queja en tu postura…

ese silencio que otorgaba.

esa tristeza que sentías…

¿en qué momentos no me encontrabas?

¿Cuándo creciste?

en silencio… ¡en mi cara!

ya me doy cuenta lo que he perdido,

estabas creciendo, cambiando,

pidiendo, todo lo que no te daba…

¿En qué momento creciste?

si yo siempre estuve contigo…

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