Toda mi vida me pregunte lo que sucedería luego de que muriera. Me intrigaba saber como las personas que conosco seguirían sus vidas sin mi, pero tenía más curiosidad por saber a donde iría yo.
Hace 6 dias cumplí 86 años y lo sentí, sentí que era el momento de irme, de terminarlo. Ya estaba cansado de la vida que llevaba, apenas podía caminar, cada día me dolían más los huesos, el dinero no alcanzaba, y estaba solo. Estuve solo toda mi vida.
Hoy era el dia. Solo era apretar un gatillo y terminaría todo el sufrimiento. O eso creía.
Tomé el arma y me apunté a la cabeza, solo había 6 agujeros en el tambor y en uno solo estaba la bala. Eso lo hice desde que cumplí años, apretando el gatillo una vez cada día. Los ultimos 5 intentos no pasó nada. El arma no la tocó nadie. Entonces inevitablemente tocaba hoy, el sexto día.
Agarré la pistola, me la puse en la frente, esperé un interminable minuto, y apreté el gatillo.
Abrí los ojos asustado. Me había quedado dormido e iba a llegar tarde al colegio.
Uno nunca se da cuenta de que está soñando hasta que despierta.
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