Vacaciones programadas

Vacaciones programadas

Rachu Moya

20/07/2019

Mi país Argentina tiene lugares turísticos muy bellos, aquellas vacaciones programadas habían llegado y las maletas ya esperaban en el utilitario que nos llevaría hasta la ciudad de Guaymallen Mendoza. Somos un grupo de cuatro amigas oficinistas que durante un año, ahorramos cada centavo para darnos un paseo por el lugar mas bello de Mendoza. Esa mañana del 30 de junio partimos con mucha euforia, llevábamos todo lo necesario para dos semanas de vacaciones, partimos muy temprano con los primeros rayos del sol, desde Entre Ríos Argentina eran 13 horas de viaje 1.110 kilómetros, hasta llegar a destino, pero quizás se hicieran mas largo el recorrido porque en la noche nos tendríamos que quedar en algún parador o hospedaje, la ruta era peligrosa para viajar por la noche. Nuestra primer parada fue llegando a Córdoba allí bajamos a una estación de servicio donde nos bajamos a buscar agua caliente para los termos, comprar algo para acompañar los mates y consumir alguna comida rápida, luego seguimos la ruta y pasando Córdoba ya la tarde comenzaba a caer, el sol no se veía ya en el horizonte, buscamos un hotel para pasar la noche, luego de una ducha caliente nos fuimos a un comedor donde nos sirvieron un plato de ensaladas con carne asada, esa fue nuestra primer cena, el postre frutas de estación, después de la suculenta cena nos retiramos a descansar, entre risas y comentarios nos entregamos en los brazos de morfea ( el sueño) Hacia mucho tiempo que no pasábamos una noche fuera de nuestros hogares. Con las primeras luces del día volvimos a la ruta, teníamos muchos kilómetros por recorrer, el frío era aterrador por suerte la calefacción del utilitario funcionaba muy bien y entre los mates calientes nos sentíamos a gusto en aquel viaje. Teníamos pensado disfrutar esas dos semanas de vacaciones, estaríamos alejadas de la rutina diaria, una de las chicas comento, hay que cargar las pilas porque hasta el verano no podremos volver a viajar. Al pasar unos puentes, divisamos otra estación de servicio ya Córdoba había quedado atrás, tuvimos que detener la marcha por razones del utilitario que venia con una rueda muy maltrecha y llenar el tanque para poder llegar a destino con las primeras horas de la noche, pero estaba destinado que no se pudo seguir, dejamos el utilitario en la estación de servicio y un señor se ofreció a llevarnos a una posada que estaba a pocos kilómetros de distancia, allí pasaríamos unas horas de descanso hasta que nos arreglaran los desperfectos del auto. Después de descansar unas horas y de un almuerzo muy rico, nos regresamos en una camioneta que dispuso el dueño de la posada para acercarnos a la estación de servicio, allí estaba en perfectas condiciones y listo el utilitario para seguir con nuestro recorrido por las rutas Argentinas. Nos despedimos del dueño de la posada, dando las gracias por la atención recibida y después de abonar el arreglo del auto y llenar los termos con agua para los mates de la tarde partimos entre risas y cánticos. Todo era soledad, alguna que otra casa se divisaba al pasar después era todo campo, unos con sembrado y otros llenos de animales que buscaban pasto tierno o comían de los rollos de pasto que se hacen en los campos para el alimento diario, viajamos muchos kilómetros y se cambio de chófer eran dos de las chicas que manejaban en ruta, hacían muchos kilómetros y cambiaban para no cansarse tanto, faltaba menos para llegar a destino, pero no llegamos a tiempo al destino final, una nevada se aproximaba esa noche, decidimos buscar refugio a la entrada de Mendoza unas personas que encontramos en la ruta nos aconsejaron que debíamos quedarnos hasta el día siguiente, no conocíamos la nieve y la ruta se pone peligrosa en la noche y resbaladiza. Dejamos el utilitario en una cochera y buscamos un hotel donde quedarnos esa noche, luego de una ducha relajante, cenamos un plato caliente de sopa de verduras un buen vino blanco y de postre torta de chocolate, todo era muy delicioso y la atención recibida nos encanto, nos quedamos de sobre mesa porque se había programado una orquesta y comenzó a llenarse de gente, las primeras parejas abrieron el baile, esa fue una noche mágica, afuera el frío era aterrador, pero la calidez que allí había no se sentía, ya pensábamos que nadie nos conocía era probable que no bailaríamos, pero no nos preocupábamos mucho porque entre nosotras siempre bailábamos juntas, era costumbre salir las cuatro y bailar entre nosotras. Esa noche fue distinta unos señores que viajaban a la Capital de Mendoza de vacaciones nos invitaron una copa y después bailamos unas horas hasta el amanecer, debíamos descansar lo poco que quedaba para poder seguir viajando y llegar a Guaymallen. Con las primeras luces del día siguiente y después del desayuno continuamos nuestro recorrido, los campos estaban cubiertos de nieve, un manto blanco que parecían sabanas inmaculadas algo increíble era una imagen diferente, sacamos varias fotos de los campos, los arboles parecían tener luces de distintos tamaños y colores, la nieve estaba por todos lados. Unos kilómetros mas y llegamos al hotel donde pasaríamos nuestras tan ansiadas vacaciones, es una ciudad muy linda, su gente, sus costumbres todo era novedad para nosotras la reserva la habíamos hecho con un mes de anticipación, al ser ciudad turística los hoteles están completos, teníamos muchos lugares para recorrer el día siguiente, pero ese día logramos ver las montañas cubiertas de nieve, el agua que se consume viene de los deshielo, corre por las acequias que hay a los costados de las veredas, todo es muy limpio en la ciudad, muchas de las viviendas que están en las afueras de la ciudad consumes de esa agua, pero en el centro de la ciudad de Guaymallen son mas civilizados y el agua es de red. Desde que comenzamos a recorrer la ciudad nos encanto para volver de vacaciones en el verano, era nuestra meta divertirnos.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS