Mamá está nerviosa y algo cansada, pero canturrea feliz mientras recoge el equipaje preparado hace días. Papá arranca el coche y el ronroneo me adormece. Al ponernos en marcha, ella coloca una mano sobre mí para calmarme. Su contacto me transmite calor, ilusión y algo de miedo. Yo también temo este primer viaje que me llevará al otro lado de su piel. A la luz de su sonrisa. Sueño con el viaje de regreso acurrucado entre sus brazos, oliendo su piel, mientras papá nos conduce tarareando una nana.

El viaje que aún no he hecho (concurso de microrrelato)
OPINIONES Y COMENTARIOS