Lo que más me gusta de estar en mi estado, un estado etéreo no material es que no tengo obligaciones soy libre, puedo ir a dónde quiero, viajo con el viento, por bosques hermosos y me pierdo entre las ramas y la brisa, bailando y cantando. Soy imparable, poco a poco voy olvidando lo que fui en vida, lo difícil que fue.

Estaba tranquilamente recorriendo un bosque a toda velocidad, podía percibirlo todo y deslizarme por cada recoveco hasta que llegó Eyael.

—Te estaba buscando—dijo mientras yo bajaba de mi viaje.

—¿Que quieres?— le pregunté de mala manera.

—Tienes que volver— me dijo con seriedad y un poco le sabía mal darme la noticia.

—Pues no quiero— Y volví a huir de donde estaba. Pero me siguió.

—Venga, tu sabes que tienes que volver y no hay otra, si quieres podemos hacerlo por la buenas y pactar algunas cosas.

—Buff que fastidio—dije con agobio—En verdad quieres que pactemos como voy a morir esta vez.

—No— me respondió —. Lo que quiero es que pactemos como vas a vivir y las experiencias que quieres tener, lo que vas a aprender.

—Es que yo no quiero más experiencias, tener un cuerpo duele, hay enfermedades y después envejeces, si bien la muerte no es lo peor, se pasa muy mal esperándola, pues no tendré recuerdos y me dará miedo como las veces anteriores.

—Pues si quieres morir joven ya desde ahora te digo que no va a ser posible esta vez porque lo que has de aprender viene más tarde.

—Y no lo puedo aprender ahora y ya está, me lo dices lo aprendo y así no tengo que volver.

—Ya sabes que así no funcionan las cosas, las cosas se aprenden a través del cuerpo y únicamente si las experimentas las aprenderás.

—Entonces no hay remedio, tengo que volver.

Eyael asintió únicamente.

—¿Cuántos años esta vez?—pregunté con bastante recelo.

—Muchos, pero no te quejes la vez pasada moriste a los cincuenta.

—Sí y ya se me hizo largo.

—Y la anterior a los treinta.

—Treinta y tres. Y lo agradecí, no soportaba estar en esa silla roja.

—Bueno, bueno tranqui, esta vez no habrá silla.

—¿Qué habrá está vez? Un horrible incendio en el cual perderé a toda mi familia? O un terrible accidente en el que perderé la movilidad? ¿O una isla paradisiaca llena de gekos? No, ya sé la prisión del pez esqueleto.

—Nada de eso, eso ya pasó, olvídalo, supéralo y pasemos a la siguiente.

—Me prometiste que alguna vez aprendería a conducir una nave espacial.

—Sí, es verdad pero eso será otra vez.

—Nooo, ¿otra? es decir que he de volver además de esta ¿otra vez más?

—Bueno, tranquilízate, una vida a la vez, preocúpate por esta que viene.

—¿Y qué es lo que tengo que aprender?

—A poner límites asertivos entre otras cosas.

—De acuerdo—resoplé —¿y quién me acompañará esta vez?

—¿Recuerdas a Nora?

—Nora, ¿en verdad ella?

—Sí.

—¿No pude ser otra persona?

— No, Nora y Marco son pareja.

—¿Marco? ¿Marco sacrificio oh me sacrifico Marco?

—Sí

—No me fastidies, ¿serán mis padres?

Otra vez Eyael se limitó a asentir.

—¿Pero tú has visto lo mal que lo han hecho?

—No está en ti el poder de juzgarlos.

—Lo está en el momento en el que tengo nacer de uno de ellos, tendré una infancia terrible, horrorosa.

—Probablemente sí. Pero todos la tienen.

—¿Para qué me cuentas esto? De todos modos cuando esté allí no podré hacer nada al respecto, no recordaré esta conversación y todo será complicado.

—Porque necesito que los escojas necesitas escogerlos a ellos, porque necesitas lo que ellos te enseñarán. Pero te tengo una buena noticia tendrás a Grenz y a Antiana como siempre y ellos te guiarán y yo también estaré allí para lo que necesites.

—Antiana—suspiré —ella ahora es más fuerte ¿Quién es Grenz?

—Ya lo descubrirás.

—¿Me enamoraré?

—Sí, eso te gustará, te enamorarás de Ed

—Bueno si hubiera sido Meda tampoco habría objetado

—Él también estará pero seréis hermanos.

—Me corresponderá Ed.

—Por supuesto esta vez no va de eso.

—¿Y de que va?

— Ya lo verás.

—Marco está muy mal, tú sabes lo equivocado que está. Lo lejano al amor que está.

—Lo sé.

—Pues entonces ¿que tengo que hacer?

—Volver, no te quedará de otra.

—¿ Entonces me rebelo?

—Tampoco, bueno sí revelarte, pero tendrás que buscar el equilibrio pero te costará.

—Pues es que no me lo pones nada fácil, ni agradable.

—Es que el aprendizaje nunca es fácil.

—Pues si tuviera opción no lo haría por mucho aprendizaje que tuviera. Va a ser una vida difícil y aburrida

—¡Aburrida no!

—Horrorosa.

—No te queda de otra.

—¿Y si huyo?

—No puedes, ya está decidido y tienes que nacer.

—Pues la verdad es que no me dejes ningún consuelo. Voy a una vida de mierda en la que Marco me tratará muy mal.

—Sí bueno… más o menos.

—Es que suena como una mierda de vida. ¿Tendré algo bueno?

—Siempre hay cosas buenas.

—¿Y dices que lo que tengo que conseguir es el equilibrio?

—Sí.

—Vamos, misión imposible.

—Tampoco tanto,recuerda que la única que puede lograr esos objetivos eres tú.

—Sí, pero Marco hará todo para que no lo consiga. No es únicamente que no me ayudará sino que lo podrá difícil.

—Completamente, será así. Te lo pondrá muy difícil.

—¿Al final lograré mis objetivos?

— Eso parece, pero te costará mucho.

—¿Y lograré el equilibrio?

—Eso depende de ti y es independiente de si logras tus objetivos aunque el hecho de perseguirlos está relacionado.

—Pues la verdad es que no me apetece nada volver a lo que tú me propones y me estás pidiendo que lo elija. No me parece nada justo nada de nada, ni un poquito. ¿Además para qué? ¿Por qué he de escoger esto? Yo ya estoy muy equilibrada.

—Demuéstralo.

—Ya pero lo tendré muy complicado ¿No crees?

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