Mis ojos viajaban por tu piel, recorría tus curvas y a veces tomaba fotos para no olvidarte. Corría una leve brisa tibia proveniente de tus labios, que tristemente pocas veces pude sentir. Deslizaba mi pincel por tus finos huesos de cristal, intentando reparar los trazos mal hechos por otros… Como aventurero, mi deber es cuidar las tierras por donde me toco pisar, no me interesa dejar marcas, me gusta sanar heridas y hacer florecer lo que en algún momento a alguien se le olvido cuidar.

Alma de dragón de fuego, capaz de hacerte recordar lo que es amar,

Capaz de hacerte reír hasta llorar…

No me es fácil calmar la marea, si aún quedan náufragos perdidos en la cabeza. La profundidad de tu mirada rompe las paralelas de mi ser, que por primera vez se cruzan, trazando un camino en común, que me dirige a tomar tu mano y no soltarla nunca más, porque a pesar de las sombras y fantasmas, besar el velo de tu piel me es suficiente para volver a vivir.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS