Las manecillas del reloj avanzan a ritmo hipnótico en una tarea constante que elimina vida a cambio de dinero.

¿Trabajamos para vivir o vivimos para trabajar?

El tiempo se escapa como las olas en el mar, las horas se vuelven segundos, ante la función soñada, la tortura es placer, el trabajo es ocio cuando se elige como sustento una labor sin sufrimiento, con emoción, diversión, si las piezas del puzzle encajan eres afortunado, el calvario termina, cada logro cautiva tu interés y crecimiento personal, cada objetivo es un reto que superar y un avance hacia el desarrollo de una sociedad mejor, toda labor cuenta ante un mundo en progreso constante por ínfima que sea. Si es una pesada carga que crece ante la necesidad constante, la mochila va en aumento empujándonos hacia las puertas del averno en un bucle incesante de hastío y aflicción que nos irrumpe ante el deleite.

Elige quien gana la partida en tu ego interno, haz que cada día sea una expansión de bienestar no un tedio infinito.

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