La profesora, como despedida del curso, les contó a sus alumnos y alumnas el cuento de la vaca. Y dice así:

Un maestro samurái paseaba por el bosque con su discípulo cuando vieron un sitio de apariencia pobre. Se acercaron para visitarlo y comprobaron la pobreza del lugar: los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de madera.

El maestro se aproximó al padre de familia y le preguntó: “en este lugar no existen posibilidades de trabajo, ¿cómo hacen para sobrevivir?” El señor respondió: “tenemos una vaca que nos da leche todos los días, la vendemos y con eso vamos sobreviviendo.”

El sabio agradeció la información, se despidió y se fue. A mitad de camino, le ordenó a su discípulo: “busca la vaca, llévala a ese precipicio y empújala por el barranco.”

El joven espantado le dijo a su maestro que esa vaca era la única subsistencia de aquella familia. Ante el silencio del maestro, el discípulo fue a cumplir la orden. Empujó la vaca y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en su memoria durante años.

Un bello día, el joven agobiado por la culpa decidió regresar a aquel bosque para confesar lo que había sucedido, pedir perdón a la familia y ofrecerles su ayuda.

A medida que se acercaba al lugar veía todo muy distinto, árboles floridos, una bonita casa con un coche aparcado en la puerta y unos niños jugando en el jardín.

Cuando llegó fue recibido por el padre de familia con el que hablaron unos años atrás. El joven apenas pudo reconocerle después del cambio. Elogió la casa y le preguntó al señor: “¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?” El señor entusiasmado le respondió: “Nosotros teníamos una vaca que cayó por un precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos todo lo que puedes ver ahora.”

Cada asistente al curso había acudido por diferentes razones, en busca de motivación, un cambio, conciliación… Agradecieron a la profesora su dedicación y su ayuda, se despidieron y siguieron adelante con sus vidas.

Unos meses después Aintzane decidió dejar su trabajo. Llevaba cinco años trabajando en esa empresa, se sentía cómoda porque conocía sus funciones, el trato con sus compañeros y compañeras, sus rutinas y horarios. Sin embargo no se sentía valorada, sabía que podía aportar mucho más pero que no tendría la posibilidad de demostrarlo. Además los problemas de la empresa se extendían a su vida personal. Antes de que esa desmotivación afectara a su rendimiento profesional y de que perjudicara su salud y su vida personal optó por dimitir. Lo que Aintzane no se esperaba era la variedad de ofertas que encontraría, que le llamasen interesados en entrevistarla y que elogiasen su curriculum y su trayectoria profesional. Tras varias entrevistas tuvo que rechazar alguna oferta y pudo elegir trabajar en un nuevo lugar donde mejoraba todas sus expectativas, sus condiciones laborales, flexibilidad y posibilidades de promoción.

Por otro lado, Javier acababa de terminar la carrera y no sabía hacia dónde dirigir su futuro. Tenía claro a que especialidad quería dedicarse, pero algo le impedía dar el paso. Tras escuchar ese cuento del último día de curso se le disiparon las dudas. Se matriculó en el posgrado de su especialidad deseada en una universidad a 1.000 kilómetros de distancia de su ciudad natal. Necesitaba poner tierra de por medio, dejar atrás esas constumbres instauradas en su pequeña ciudad que tanto le limitaban. Las etiquetas de eres “tímido”, “frío”, “reservado”, “distante”. Le gustaría empezar de cero y conocer gente nueva. Poder comportarse sin condicionamientos, como le gustaría ser y no como siempre se ha esperado que sea. Descubrir quién es mas allá de esas creencias limitantes y poder poner nuevas etiquetas como “generoso”, “gracioso”, “amable”. Así pues, se mudó, hizo nuevas amistades entre sus compañeros y compañeras de clase y del piso que compartía. Pasó unos meses estupendos conociendo gente nueva y sobre todo conociéndose a sí mismo. Y volvió a su ciudad con las mismas personas de siempre, pero con una actitud y una energía renovada.

Inés, por su parte, siempre supo lo que debía hacer, en cambio hasta entonces no tuvo el valor de hacerlo. Llevaba tres años en una relación que desde el principio le generaba dudas. Tenía muchas cosas en común con su novio, gustos, aficiones, creencias y una atracción que seguía viva. Sin embargo no tenían la misma visión sobre su futuro conjunto, el día a día y la comunicación requerían muchísimo esfuerzo. Las cosas deberían ser más fáciles y fluidas. Ya se habían dado un tiempo otras veces, pero acababan volviendo a los mismos hábitos. En cambio, esta vez Inés tomó una determinación, en esta ocasión sería la definitiva. Y lo consiguió, puso fin a la relación, se centró en sí misma, su trabajo, sus amistades y familia. Puso en orden sus ideas y preferencias, que quería y no quería. Y la pareja ideal, ya llegará.

Cuando Iñaki realizó el curso buscaba una ayuda para conciliar trabajo, familia, amigos y tiempo para sí mismo. Tras sopesar que le aportaba y que le exigía cada parte de su vida, fue consciente de su situación. Desde que era niño formaba parte de un equipo de ciclismo, entrenaba muchas horas a la semana, se había presentado a cientos de competiciones y en su casa lucía medallas y trofeos. Aunque hace años que no sumaba ningún triunfo, él seguía entrenando con la misma dedicación. Iñaki asumió que la época de competiciones quedó atrás, que tanto esfuerzo y dedicación apenas le aportaban ningún beneficio, quería recuperar su afición, el gusto por subirse a una bici sin las exigencias de competir. Dedicar menos tiempo a entrenar le permitiría pasar más tiempo con su familia y amigos. Y siempre podría participar en la carrera del barrio.

No es fácil saber detectar qué es lo que nos impide avanzar y tener el valor de tirarlo por el barranco. El miedo nos frena, hace que nos estanquemos y nos conformemos con situaciones que nos gustaría cambiar. Y para ti ¿Cuál es tu vaca?

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS