Según los empiristas, la realidad que pretendemos conocer depende de nuestras experiencias y sentimientos pasados, que son amalgamados en una construcción propia arrojándonos una parte de ésta, comprendida según arreglos a nuestro acervo cultural, afectivo y me atrevo agregar a nuestras fantasías y deseos que conjugan un deber ser, original y propio.
Pero cuanto tiempo de nuestras vidas pasamos en nuestro deber ser ¿,a través del cual comprendemos el mundo?.
En mi opinión la mayor parte. Pensando y repensando un mundo intimo con actores que son reales o los hacemos reales según nuestros estados de conciencia.
Creamos así un marco teórico con arreglo a experiencias y también deseos? y en lo mas íntimo e irracional ese deber ser lo pretendemos como ser.
Los deseos se fortalecen en una original, nueva y personalizada comprensión. Pero claro siempre es necesario configurar un tipo ideal, que seria como un esqueleto común a ciertos grupos que comparten anhelos y experiencias.
De esta manera se agrupan y dan forma a las diferentes percepciones ya no tan personalizadas pero si normalizadas y estandarizadas. Construyendo un sentido que sea común a un grupo determinado.
Si bien la comprensión a medida es mas cómoda y versátil para sus adeptos, este excesivo ajuste al nuevo y cómodo marco genera a veces una cohesión exagerada que deriva en fanatismos.
Por otra parte sabemos que la cohesión espesa, es caldo de cultivo, a comportamientos de masas, generando rivalidades, desparejas y pasionales, con los individuos que se agrupan en uno u otro marco.
Es el caso de las religiones y algunos partidos o ideologías políticas, que hemos visto a lo largo de la historia.
La filosofía moderna parte de un hombre más rico en acervo anterior, que se proyecta al exterior y se ubica como antes mencioné.
Creando realidades en una realidad mas flexible, permeable y plural. Pero de todas maneras nuestro instinto gregario nos fuerza, en la mayoría de los casos a buscar un grupo de pertenencia que se nutre con esta pluralidad.
Pero a su vez la suma de realidades individuales enriquecen la del grupo. En algunos casos podría decirse que genera confusión, acostumbrados a comprender el mundo en un esquema binario y fachista.
Algunos en nuestro afán de comprensión, ensayamos un marco voyerista y tibio desde nuestro acervo cultural y experiencias para explicar la post-verdad o la muti-verdad, que como decía el viejo querido Nietzche no es mas que una interpretación.
Gabriela Messina Rodríguez
16-02-19
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