Fue tan real, como en las películas…

–¿Te están buscando? ¿Dónde estás?, ten cuidado menso–me escribe mi hermana —

–Estoy rodeado de policías—le contesté— Pero no he de entregarme fácilmente

— Entrégate, no tienes escapatoria —– me contestó entre risas—

Llevaba cuatro días pedaleando en mi bicicleta y estaba reportado como desaparecido, había salido en dos periódicos importantes de la ciudad y a nivel nacional, era toda una noticia, nunca antes en este mundo tan desconocido, alguien tuvo las agallas para hacer un viaje en una bicicleta, ni siquiera era una bicicleta de viaje, no tenía cambios, y en ella me lancé al vacío, tampoco me pregunté por lo que podría pasar y lo peor no me dio tiempo de avisar. Mi celular anduvo apagado por esos días, si no lo hubiese encendido, nada de esto hubiese pasado.

A la distancia observo que,un profesor de mi escuela con algunos de mis compañeros de estudio, se acercan con gran gozo, al fin me hallaron, me siguieron los pasos por dos días preguntándole a la gente. Y vaya que consiguieron información valiosa acerca de mi paradero. Os aseguró, morí de risa cuando escuché que, un ingeniero de la escuela hizo los cálculos matemáticos, en el cual afirmaba que por día recorría cien kilómetros, una cifra inusual que indicaba mi buen estado físico. Parecía mentira, pero todos estaban asombrados. Entregué mi bicicleta, no saben lo ofendido que estaba. Y ni hablar de mi sueño frustrado porque no llegué a Cancún

Unos me llamaron llorando, y con otros simplemente charlamos y nos burlamos de lo sucedido. Muy pocos sabían de lo que era capaz. Los que me conocen saben que estoy muy loco, supongo que, para la próxima ni se preocuparán.

Películas hay en todo el mundo, de guerra, de acción, de comedia, de reflexión, pero estaba viviendo mi propia película, que no todos la verían con buenos ojos y yo disfrutándola, sin darme cuenta del sufrimiento de mis seres queridos, mi hermano me envió una foto de mamá, cansada de llorar, ofuscada, y con un silencio notable, que le hacía desesperar.

Sobrepasé los límites, territorios desconocidos, una señalización, o en otros casos, una pregunta no estaba de más, un limón, pan para el camino, una mandarina, una uva, pedir carga para un celular que nunca encendí, hasta el día miércoles de mi aprehensión, un raited, la llegada a un nuevo parque, las botellas de agua que me regalaban, una tlayuda en la mañana, y un buen mezcal para continuar, el silencio de la noche, calambres en ambos pies, dolores de cabeza, el sol ardiente en la carretera, la tormenta de mi último día y un sueño frustrado, no llegué a Cancún

Me creía Peter Pan, el capitan Jack Sparros, Rizban Kan, Forrest Gump, Ulises en su Odisea, y hasta el mismísimo Logan encontrando a la chica de una foto, al parecer con ayuda divina le habían salvado de miles de batallas, pero yo solo iba en mi bicicleta

Dirigir una carta a la embajada, ir a la fiscalía para practicarme los exámenes médicos, una entrevista esclareciendo lo sucedido, llegar a casa y dar la cara, abrazar a la señora Hilda quien toca mi cabeza, y hace un gesto indicando que estaba loco. Ahora no puedo salir, porque si salgo, otro bloque de búsqueda de nuevo vendrá por mí.

Quedaban dos días para que se acabara la semana, y decidí no presentarme a la escuela, me tomé un tiempo para reflexionar. El ambiente no era el de esperar, había mucho enfado y con justa causa. Mis amigos me escribían frecuentemente averiguando sobre mi estado de salud y aconsejándome que no volviese a tener una aventura así.

Hasta me recomendaron un psiquiatra. Y os confieso que, preferiría pasar mí jodida vida en un manicomio y no en este mundo tan igual, donde no se puede hacer nada diferente, y si lo haces, eres el malo de la película y cárcel te pueden dar. Yo también fui un extranjero y no es para nada fácil, los estigmas, paradigmas o llámalo como tú quieras, nos impiden conocer otras realidades, otras experiencias de vida, pero también buenas personas, amigos y familias. No todo es tan malo como parece, le demostré a mucha gente las barbaridades y locuras, lo lejos que se puede llegar.

¿Sabes por qué me volví escritor? Porque me siento libre escribiendo.

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