Esa noche no podía dormir, estaba intranquilo, mis pensamientos vagaban entre el aire buscando algo perdido que nunca lo encontraría, no podía cerrar los ojos por el temor que me atrapara otra vez, quería ver la aurora, escuchar el canto de los pájaros, que timbrara mi despertador, buscaba cualquier cosa como entretenerme para escaparme del sueño, pero me dominaba, me envolvía y paralizaba toda mi piel. No se como entré en ese mundo, pero el sueño fue más posesivo que yo, entré como si alguien me llevara cargando, miraba hacia abajo y no había nadie, solamente el suelo y no entendía porque no se movían mis piernas, por un momento me detuve sin darle ordenes a mis músculos, sentía que alguien se acercaba hacia mí, pero no lo veía, sentía su calor y su respiro, no se que pasó en ese instante pero esa energía susurró en mis oídos, que buscas? Me dijo.

Trata de no perderte en este mundo, vete antes que venga los de afuera a perturbar tus sentidos, me voy y no le digas a nadie

que hablaste con la sinceridad.

Los de afuera, que quiso decir con los de afuera, yo estaba soñando lo puedo decir ahora, pero los de afuera era mi realidad en ese momento, es extraño, y con la sinceridad?

Seguí el camino incierto para mí, quería saber quien era el creador de este sueño.

Viva la estupidez, viva la falsedad, viva la mentira, gritaban personas al fondo de la oscuridad que se perdía al lado izquierdo de mi camino, quien sería esas personas.

No le hagas caso, me dijo un joven que apareció frente a mí, a él si lo podía ver, vestía una túnica morada, sus ojos eran totalmente blancos, no te pierdas, vete por el otro camino, este camino no te corresponde, traté de hablarle, pero no podía, hacía fuerza desde adentro de mi ser, pero mis palabras se las llevaba el silencio, que me pasa, porqué estoy aquí, quien maneja mi cuerpo, había tantas preguntas sin respuestas,

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