¿Realidad o irrealidad?

Estoy detenido dentro de un círculo. Antes de cruzar esta órbita me creía finito. Es una sensación de polaridades encontradas; como si después de cruzar la línea de la vida conocida, viviera en una superficie cónica o cilíndrica. Un polígono regular de eternos lados.

Hay silencio, es un espacio saturado de colores cambiantes. La luz es tenue y de matices tornadizos.

Tengo miedo y mi mente se llena de preguntas, ¿qué es la realidad y la verdad? —me repito a mi mismo— Y un desasosiego agónico me lanza a pensar, como si para llegar a estas circunstancias desconocidas, hubiera transitado por un laberinto de dolores que provoca la desintegración de un yo, y la creación de otro distinto.

Me vislumbro como un componente de algo mayor que no entiendo, pero que percibo. Los días pasan, supongo que son días por mi antigua manía de contar las sucesiones de tiempo, y esto me va afirmando que fui humano. ¿Pero cómo un humano se puede convertir en punto? ¿Cómo puede vivir dentro de un disco?

Realidad o irrealidad. Una situación “absurda” —me imagino— Pero sí apareció en un tiempo, en otro tendrá que desaparecer para dar lugar a nuevos cambios. ¿Existe realmente tal realidad absoluta? —Y mi cerebro estalla buscando la verdad.

Si la realidad absoluta no fuera consciencia —Conjeturo—no podría conocerse a sí misma.

De súbito mis recuerdos aumentan. Descubro al fin por qué estoy preso dentro de este anillo. En mi humana figura de antaño, dibuje un círculo y un punto. Coloqué el bosquejo en un caballete y me senté en forma de loto frente al esbozo. Me hice uno con el dibujo, y dejé de ser yo. No puedo moverme, pero puedo pensar, mirar desde mis perspectivas únicas…Por fin comprendo como salir de esta rueda. Alguien vendrá a ver el dibujo —Lo visualizo— Lo mirará, lo observará, y me haré uno con él. Es la única manera de hacer el viaje de retorno.

Sé que tiene sus riesgos, ¿quién seré?, ¿regresaré al mismo de antes, o me convertiré en el nuevo objeto de mi meditación? Terminaré siendo el otro. ¿Qué es el otro? —Recuerdo entonces que alteridad es la condición de ser otro, el otro es otro yo, visto desde el mío.

Han pasado eones, nadie ha venido a ver el dibujo. Sigo siendo un ente material desprovisto de movimientos externos. Abro los ojos de repente. Me duele la luz que me penetra.

Llega alguien —lo siento respirar— Arranca mi mundo de un tirón y lo deposita en un cesto de basuras. El papel de mi dibujo, sustrato de mi vida, amarilleando; y con él, van desapareciendo mis ansias de libertad. Me quedo quieto, me borro. El tiempo hace el resto, estoy solo en este entorno aparente.

Cuando despierto estoy en posición de loto, han pasado cuatro largas horas…y esta maravillosa aventura es la que cuento. Mi ego murió de no ser nadie.

Pero mi maestro de meditación me asegura que no medité — ¡Se durmió!— Me reprocha.

Desde mi perspectiva única, fui uno con el todo que elegí. Y entendí que la mente es una mezcla imprecisa de la conciencia real; y un conjunto de limitaciones irreales. Ella se confunde, no ve sus restricciones, y se mira a sí misma como real. Esta idea y lo que observa, es lo que define como realidad, lo que conoce como real. Entonces vuelvo a preguntarme: “Quién soy” “Porqué estoy aquí” “Qué es el aquí”.

Y me marcho a la casa, pero mi cerebro, esa máquina quántica que no se detiene, sigue elucubrando ideas; como si se hubiera abierto un portal a otras dimensiones. No podemos conocer la realidad absoluta como objeto —pienso— como si estuviera separada de nosotros. “Solo la podemos conocer con nuestro sí mismo verdadero y esencial”

Una ducha caliente me devuelve a mi zona de confort. Dejo de pensar en teorías, verdades o realidades. Mañana hay que trabajar, hay que ganar dinero…si no, el hambre volará sobre nuestras cabezas y esa realidad social, percibo, es permanente. Sonrío, recojo del piso un osito de peluche que mi hijo de 4 años ha dejado olvidado, me acerco a mi mujer, que parada en su realidad cotidiana me mira con ternura, y la beso. La brecha con otras dimensiones se ha cerrado. Soy uno con mi familia. He vuelto al redil humano.