No es fácil… ¿nunca lo ha sido?

Cuando levantarse de la cama se convierte en el acto más revolucionario que una persona puede llegar a hacer en un día, entonces hay algo mal con la persona o con el día. Hago un esfuerzo casi sobrehumano, pero no se me da. Llámalo vagancia, pereza, ganas de joder o depresión; llámalo como se te cante el orto, de todos modos no estaré ahí para escuchar tu opinión. Estoy desde las tres de la mañana tratando de hacer algo productivo, el problema es que casi siempre la mente es más fuerte que el cuerpo, y yo no controlo la mía. No logré conciliar el sueño anoche, tampoco he logrado mover este culito fuera de las cobijas, soy un completo desastre. ¿Cuál es el caso? Qué sé yo, a mí me enseñaron una serie de reglas que, aunque no esté de acuerdo con ellas, debo cumplirlas y seguirlas pie de la letra, porque si no lo hago entonces soy todo menos un ciudadano de bien, porque si desentono en alguna, ya no soy persona sino un parásito, una escoria, un paria. Malparidos. El ser y el deber ser, un postulado, meh, medianamente fácil de comprender. Eso depende de cómo quieres entenderlo. Debo ser un hombre modelo, soy un inútil.

Logro zafarme del monstruo y poner el pie izquierdo fuera del colchón. No esperaban eso de mí… bueno, casi nada se espera realmente. Mientras busco comida en algún lugar de mi casa -aunque sé perfectamente que no hay ni una tajada de pan-, la idea del deber ser aún me taladra la sien. ¿Quién dice qué es lo que se debe ser? No entiendo, ¿alguien con corona se levantó un día y dijo: bueno, ya existen los derechos humanos que a los occidentales nos pareció teníamos que escribir, ahora deben hacer algo al respecto porque ya estamos defendiendo lo que consideramos unos mínimos, ahora están obligados a tener un hijo, una casa, endeudarse con el banco mundial y pagar la deuda en módicas sumas que les permita su trabajo de mierda que raya en la esclavitud? Sí, capaz fue así y yo me lo perdí por andar viendo el fútbol. Tiene sentido para mí. Entonces la cagué, porque ninguna mujer con media neurona se interesaría en tener un hijo con su servidor, a tipos como yo no les alcanza ni para pagar una habitación en la pensión más desagradable de la ciudad, a los enfermos mentales no nos dan crédito ni siquiera el banco mamá, y hoy no fui a trabajar por lo que asumo que ya no tengo grilletes. Jodido, obvio jodido. Tendría que ir al paredón el cabronazo que se inventó todo ese concepto del éxito y lo que se supone uno tiene que hacer al respecto. ¿Al respecto de qué? Pues de la vida, imbécil, de la maldita existencia. Y no vamos a empezar con el tema de qué es existir en realidad, no me toques las pelotas, una cosa a la vez, a una mente como la mía no le alcanza para tanto.

Abro la ducha. Mientras el agua se calienta, si es que se calienta, me miro al espejo. Qué tipo tan desagradable, con razón estás tan solo, ¿eh? ¿Y si lo que soy, y seré, jamás se ajusta a lo que la sociedad y el rey, esperan que deba ser? No sé, un engrane que no funciona no es ninguna victoria para nadie, es solo algo prescindible para el sistema. ¿O pensaste que ibas a lograr algo siendo anti? No, mi amigo, ya estamos viejos para andarnos con romanticismo, podías darte ese lujo de no encajar y ser diferente por ahí hasta los veinticinco, eso servía con las chicas, ya ahorita ni viéndote como el Che podrías hacer algo al respecto con tu realidad. Ya ni mis ideales son lo que debían ser, porque simplemente la vida se encargó de destruirlos uno por uno, piu piu, mis valores eran marcianitos, y el auto sabotaje la pistola que los aniquilaba; siempre fui muy bueno en ese juego. No me decido a quién culpar, si a la sociedad de mierda que me obligó con un acondicionamiento pasivo agresivo a tener expectativas de lo que tendría que hacer con mi existencia, si a Dios por darme un cerebro tan defectuoso que nunca pudo acoplarse al reloj social, o a mí porque se me enseñó que fuera cual fuera la situación yo tendría la culpa. Tal vez la responsabilidad es de todos, o tal vez de ninguno; puede que de pronto solo tuviera mala suerte o que estuviera destinado a fracasar abruptamente en ese juego horrible al que le llaman vivir. Algunos somos ese eslabón débil que necesita toda cadena alimenticia. Darwin tenía razón, solo sobrevive el más fuerte y estoy muy lejos de serlo, resultó que a fin de cuentas todo esto sí terminó siendo una selva de cemento en el que el hombre es un lobo para el hombre, y en el que no hay contrato social que logre salvar a personas como yo, porque el lobo no solo es el hombre, sino el estado que nos susurró palabras bonitas al oído para luego follarnos y ni siquiera dejar pago el motel.

Un baño frío y rápido, como yo las pocas veces que hice el amor. Necesito una salida, todos la necesitamos cuando la vida misma se convierte en un dolor insoportable. Cuando rebelarse es no morir de hambre. Fui lo que nunca debí ser, y debo ser lo que no soy. Sabrán disculparme, no soy católico, y si debo convertirme a una religión en este momento, entonces defenderé el credo de aquella que me abra las puertas del paraíso por si mañana no estoy. Si algo me deja mi paso por acá, es que aprendí a hacer nudos perfectos, nudos que jamás se romperán sin importar el peso que se les aplique. Nos vemos pronto, en algún lugar donde no se deba ser… simplemente ser.

In nomine Patris

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