Permítanme que me presente. Soy un Visitante. Considérenme un explorador, o un extraño curioso y amigable. He venido muchas veces, los he estudiado, pero no he logrado comprenderlos. Hoy sentí la necesidad de comunicarme para que perciban que no soy un fantasma, para que dejen de temerme.

Vengo desde un pequeño planeta muy remoto, para ustedes, porque para mí no existen las distancias. No se preocupen por conocer mi aspecto, simplemente soy un viajero más de los muchos que los visitan. Tal vez les parezca algo así como una energía sin forma, una sensación, comprendo que es de este modo como me perciben, aunque soy mucho más que eso.

Debo confesarles que no es fácil para mí adaptarme a este lugar. La luminosidad de su estrella es el principal inconveniente, tampoco soporto las luminarias de sus poblaciones. Es solo por esa razón que aparezco en medio de la noche en parajes solitarios. Si bien muchos se asustan y me temen es porque no comprenden que simplemente soy un curioso ávido de conocimiento.

Han creado muchas fantasías acerca de mí, se dicen tantas cosas… las madres asustan a sus niños anunciándoles mi presencia. Desde tiempos antiguos me han llamado duende, ángel, demonio. En siglos pasados hubo quienes me comprendieron, pero los jerarcas de los falsos dioses los juzgaron y condenaron al martirio y a la hoguera. Fue por todas esas actitudes que necesité aislarme de ustedes, me lastimaba la idea de que me temieran.

Comprendo las dificultades que tienen ustedes, sometidos a las fuerzas de gravedad, soportando un cuerpo material que los avasalla. Así como la segunda dimensión no puede imaginar la tercera, no pretendo que ustedes logren acercar su idea a la dimensión en la que habito, pero calma… muchos ya han llegado al conocimiento, solo que no lo saben todavía, ya despertarán.

Además, hay algo que no logro comprender, todos aquí, completamente todos, mantienen una gran preocupación que maneja sus existencias. No sé cómo explicarlo, pero trato de entenderlo, ustedes llaman “tiempo” a algo que los domina como un dios, algo que dirige sus vidas; aunque aún no lo sepan, alguna vez lo comprenderán y tal vez entonces serán libres de su maquinaria. Debo insistir, así como en la semilla está todo el árbol, en el ahora están todas sus vidas, nada ocurre que no haya sido previsto antes, son muchas las posibilidades. El tiempo es su fantasma y es a él a quien deberían temerle y no a mí.

En mis ansias de conocimiento he visitado infinidad de mundos. Muchos han sido tan indiferentes que me han ignorado, sé que me percibieron pero no sintieron la necesidad de saber. Tal vez fuera mejor para ellos elegir desconocerme y así mantenerse en la ignorancia, el desafío de la sabiduría puede ser doloroso, pero sin ella no hay evolución.

Otros me han temido tanto que eligieron perseguirme para eliminarme. Lograron que tomara distancia para ver su propia caída, no comprendieron que al unir el temor y la maldad solo se lastimarían a sí mismos, y así fue.

Algunos ordenaron a sus científicos que me estudien, son los que más compasión despertaron en mí. Me ofrecí mansamente a sus investigaciones, traté de ayudarlos, pero solo lograban pensarme desde su desconocimiento. Finalmente cada reino creó teorías tan distintas entre sí que hubo tumultuosas reuniones, discutieron duramente. Todos y cada uno declararon conocer mi verdad, y al no ponerse de acuerdo se prepararon para una gran guerra. Me fui de ese mundo tan raro donde para sostener una idea era necesario matar a quien pensara distinto…

Y ahora otra vez me cerca la intriga, encuentro en ustedes una ambición desmedida que llega a la mezquindad y al odio entre hermanos. No han conseguido engañarme con su falsa adoración ¡No soy un dios! ¿Cuál es el fin de vuestras ansias de poder? ¿Acaso pueden creer que les entregaré posesiones, dinero y fama?

Pobres ilusos, mi conocimiento es similar al que pueden tener ustedes mismos, pero su codicia nubla su entendimiento y no les permite ver más allá. Dejen de lado las ideas ruines y traten de elevar sus pensamientos, dejen de arrastrarse como culebras y usen su capacidad para ser mejores.

He conocido todas las emociones humanas, muchas veces he visitado este poblado deseando llegar a sus corazones, no lo he logrado, solo he conseguido despertar en ustedes la codicia y el odio. He decidido seguir mi viaje, mi estadía ha sido breve esta vez, mis intentos de acercarme a ustedes han servido únicamente para que la maldad reviva y los alimente.

Imaginen, traten de imaginar, la maravillosa penumbra en la que habito junto a mis iguales. Todo es calmo, todo es silencio, es así como aprendemos, nada nos distrae.

Ya no volveré a visitarlos, pero me voy con una nueva experiencia, he aprendido a soportar la tristeza, la compasión y la pena, ustedes las generan y viven dentro de ellas sin comprender su realidad, desprecian las oportunidades de aprehender porque viven dominados por su sino.

Acepten que el bien y la paz deben surgir de ustedes mismos, si bien son alcances que no se consiguen fácilmente.

Tal vez lo logren, tal vez no, solo ustedes lo sabrán…

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