Dicen que la cara, es el espejo del alma y hoy al mirarme al espejo,me he dado cuenta,que colgaban unos hilos de la tela que cubre mi mirada.

Esa tela cosida a mi piel y que esconde lo más profundo del corazón, como el mejor de los secretos.

Pero a veces,esta tela, forjada a través de la propia vida, se descose por los golpes del desánimo, de la frustración, del desamor.. y deja al descubierto todo lo que pretendo esconder detrás de las falsas sonrisas, disfrazadas con los harapos de la mironía.

Intento arrancar con mis propias manos, los hilos que cuelgan del alma, pero me doy cuenta que la tela, es demasiado fragil y a veces, una lágrima, la rompe allá por donde pasa, mientras siento el cosquilleo de esos hilos por mi mejilla y me estremezco con el frío que se cuela por las costuras de mi mirada y se descose con la tristeza que mancha estas ropas.

Sin embargo, cada hilo, lleva consigo, un defecto, un remordimiento, una culpa…un sentimiento..y entonces, pienso que el rostro, no es más que el reflejo del ayer y del hoy, porque mañana, colgarán otros hilos y aunque crea que los vestidos de mi alma, no se pueden romper, a veces siento el suave balanceo de esos hilos y cierro los ojos, para coser en la oscuridad de mi conciencia, pero acabo pinchandome con la aguja que teje mis errores,mientrasd que cierro las manos y siento como entre mis dedos, se escapan los hilos del alma.

A veces, dejo que mi vida, cuelgue de uno de estos hilos, cuando se rompe un sueño y las esperanzas viajan a ras de suelo, donde aún quedan las huellas del pasado, cubiertas por los tejidos de otros tiempos mejores.

Entonces, me doy cuenta que las costuras del corazón,están cosidas…con los hilos del alma

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