Los cuatro fantásticos

Los cuatro fantásticos

El viento mecía las viejas tablas de la casita como a una cuna. Las palabras se hacen pocas para describir la desazón que sentía en aquel momento, el silencio apagado a instantes por ráfagas que deseaban entrar con violencia a través de la desgastada puerta y un sol que no comenzaba a encender. Era la casa donde alguna vez viví con toda mi familia. En mis recuerdos es la casa de los platos pequeños, las tacitas con dibujitos azules de «Lozapenco», todo un descubrimiento cuando aprendí a juntar las letras para luego , más grande leer en esos viejos sillones «El Corsario Negro» de Salgari y «La Isla Misteriosa». Boquiabierto devoré una versión vieja de «Lolita» , sin tapas, que olía a polvo y a prohibido. En ese sillón me senté la tarde que llegué desde Santiago. ´

La casita de mis abuelos queda en un barrio antiguo de Punta Arenas : El barrio 18 de Septiembre donde las calles tienen nombres de los próceres de la patria de Chile y un número. La de mis abuelos es la 6 de Fray Camilo Henriquez el fundador de la prensa escrita en mi país. Una extraña y bonita coincidencia tomando en cuenta que estoy empezando mi tercera novela , aunque decir empezando es mucho: tengo pensada mi tercera novela en la que quiero dejar de imaginar lugares y personajes fantásticos y plasmar cosas que he vivido, personas cercanas , lugares simples y reales. Se que dejé el periodismo y me dediqué a escribir novelas fantásticas porque creía era mi pasión, de hecho, mi editor espera la tercera parte de la saga de «Los cuentos y leyendas del Sur» que es, en palabras sencillas, una historia fantástica con matices de realidad: Un hijo de un Lonko Mapuche (El Héroe) se enamora de la hija de un Lonko del clan contrario (El conflicto) y viceversa, entremedio existe una pugna por las tierras ancestrales perdidas a manos del Estado Chileno y de las Empresas Forestales quienes tienen en sus manos novecientas mil hectáreas donde se encuentran enterrados los antepasados de todos los clanes mapuches del sur (EL Matiz de Realidad). Las diferencias entre los clanes mapuches impiden que se unan como un solo pueblo y enfrentar bajo una sola bandera la amenaza de El Ejército del Orden (Institución ficticia) que es un ejército de mercenarios chilenos y argentinos cofinanciados por el Estado y las Empresas Forestales para reprimir algunas revueltas que se forman de forma espontánea en algunos puntos del suelo araucano.

La primera novela, trata de los orígenes de las dos familias protagonistas, el origen del conflicto con el estado chileno, la usurpación de territorios y como gran parte de estos territorios llegaron a manos de las poderosas familias dueñas de las forestales. En medio de este conflicto, los dos jóvenes mapuches se conocen y enamoran, jurándose amor eterno debajo de un viejo Canelo. En la segunda novela el padre del joven muere en un enfrentamiento con el EE.OO y se proclama al joven como sucesor de su padre. Comienza una sangrienta batalla entre distintos lof mapuches hasta que el joven héroe contrae matrimonio con su amada bajo el canelo sagrado y la Machi más vieja y sabia del Wallmapu. Para vengar a su padre, el joven Lonko decide aventurarse en tierra huinca con un puñado de guerreros o weichafes conquistan un par de pueblos huincas al sur del Bío bío donde vivían principalmente trabajadores de las forestales. Al final de la segunda novela, el joven Lonko es proclamado Toqui de todas las tierras, es decir , el jefe guerrero de todos los lof o clanes mapuches.

Esta segunda novela tuvo una mayor aceptación por el público y una menor por parte de la crítica. Debo decir que gané mucho dinero y aún más prestigio como escritor. Hace un año todo el mundo hablaba de mí, incluso me invitaron a dar conferencias en España, México, Argentina y Perú como experto en temas mapuches cosa que me cansé de negar hasta el hartazgo. Mi intención jamás fue política, sin embargo la ONU igual me invitó a dar conferencias por el mundo. Debo ser honesto y decir que caí en el juego, los halagos y la plata que gané fueron además de mucha ayuda. Por eso decidí venirme unos días a la casa de mi abuela para buscar tranquilidad y aprovechar de acompañarla. Tuve que adelantar mi viaje debido a su muerte una semana antes de lo previsto. Tomé un libro viejo como todos los que tenía mi abuela, al azar, «Resurrección» de Tolstoi. Comencé a leer y a disfrutar de la exquisitez de la literatura de Tolstoi, la descripción de personajes y sus estados de ánimo, la manera en que Tolstoi va encaminando el conflicto de manera sutil. En una de las páginas encontré una foto pegada sobre un fondo vacío. Eran cuatro niños sobre el baúl de un vehículo azul. La alegría me llenó de lágrimas los ojos: Eramos mis primos y yo. Arranqué la foto la puse en el bolsillo de mi chaqueta y me dirigí al funeral de mi abuela. Fue pequeño y emotivo, estaban sus mejores amigas todas ancianas ya, de la familia solo estaba yo. Cuando me quedé solo frente a la tumba de mi abuela (Bóveda de mis tíos, mi madre, mi abuelo y dos de mis primos), le prometí que escribiría una novela sobre nosotros y que ella sería el personaje principal. Ya en el avión de vuelta a casa saqué nuevamente la foto para observarla más detenidamente, me di cuenta que estábamos en la casa de campo donde viví con mis padres mis primeros cinco años, al darla vuelta encontré en el extremo izquierdo algo escrito con letra temblorosa y pequeña: «2 de Enero de 1984.-Los 4 fantásticos». No pude evitar llorar de la emoción : Así nos decían mis abuelos a los cuatro primos.

Mi abuela había escrito el título de mi novela.

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