6:00 A.M., salgo por la puerta de mi casa para realizar mi matutina carrera, llueve, hace frío, hace viento, ¡Uaaaaaau me encanta!

Al cruzar por “ Boulevar Casianos the two” me topó de frente con un dóberman que nada más verme corre amenazante a mi encuentro, con la adrenalina en mis venas acelero la marcha en su busca, le grito, le ladro, le escupo y a pocos metros del choque en el último instante, cambia de dirección y huye hasta la otra acera desde la que ladra con rabia.

Al girar en la “Quinta Checa`s Avenida” unos robustos obreros negros al verme pasar, lanzan al viento un elogioso piropo a mi trasero animado con gestos lascivos. Me detengo y manteniendo sus miradas voy a por ellos, empiezan a retroceder, no les doy tiempo, miro con furia sus rostros, tras perder un par de tonalidades se retiran, tan solo el líder persevera con actitud desafiante, unidos frente a frente por nuestra ira, lentamente empezamos a aproximarnos hasta casi rozarnos, sus ojos se abren paso hasta mis profundidades, los míos en las suyas, el odio se desvanece, cede el paso a una espontánea sensación de calor, de atracción incontenible que me imanta a sus labios… nos separamos y aturdida lo miro sin decir nada, doy media vuelta y continúo.

Llego al “Bank Minesota García” entro en el baño, me duchó y me preparo para batallar un nuevo día, nada más entrar en el despacho, mi secretario vomita que el cliente Mcttonald ha caído veinte puntos, por haberse detectado en una inspección rutinaria en uno de sus establecimientos a un empleado cagando en la máquina del helado de chocolate y que dicha bajada ha sido compensada con la subida en 18 puntos por parte del cliente Caco loca, al haber contratado con la empresa distribuidora “Osos Cola” en El Polo Norte, la instalación de una nueva envasadora de bebidas.

Pido un café, cojo el periódico y leo el resto de noticias. En mi cabeza brota una…

Cojo el teléfono… Alberto necesito que realices un estudio sobre los efectos beneficios para la salud que producen las heces humanas mezcladas con helado de chocolate e inicies una campaña publicitaria masiva. La quiero para mañana por la mañana en portada en el Neo York Time. -¿Para mañana?- ¡sí para mañana!, -se lo digo porque para esta tarde podría estar, podemos sacar un especial- ¡Cómo, que para esta tarde?, pero tú eres tonto o que, no te he dicho que para mañana, si digo para mañana es que es para mañana y punto o es que no me entiendes? -Vale vale, Juana no te pongas así-. Voy a salir si alguien pregunta por mí, le dices que ahora no puedo atenderla que estoy en una reunión, me llevo el descapotable rojo, -vale vale-.

Me encanta sentir la lluvia en la cara mientras conduzco, en la acera de enfrente veo un aparcamiento, realizo un rápido giro y cuando voy a aparcar, una señorita me hace señales indicando que ella estaba esperando; el coche ya está aparcado, el coche no se mueve, le digo, me mira de arriba abajo y desaparece en un murmullo que aumenta su volumen directamente proporcionalmente con la distancia, inaudible en cualquier caso.

Camino por la acera driblando, sorteando los obstáculos fijos y móviles, al compás, al ritmo, escuchando la orquesta y me dejo llevar… levanto los brazos, comienzo a girar, a bailar la música de la calle, la vida entra en mí, doy saltos, corro, grito, la alegría me inunda.

Estoy llegando, al entrar en el edificio hay otra música menos bailable, en el ascensor consigo hacerme un hueco, busco un lugar de cara al espejo, me miro y estoy radiante, delante hay un chico alto y apuesto, pongo mi mano sobre su trasero, está duro, él lo nota y tensa, no dice nada como siempre, al salir siento el peso de su mirada.

Entro en la sala de juntas, todo el mundo se sienta y silencio, se lee el orden del día. Se tratan los puntos con prontitud, a su término se indica que se ha añadido como punto extraordinario la propuesta de despido de Juana Checa.

Es una encerrona, el portavoz me da las gracias por los servicios prestados y bla bla bla.

Esta panda de cabrones me va a echar a la puta calle, les indico que la propuesta hay que votarla.

Todo el mundo se mira y empieza a hablar alborotadamente con incredulidad.

El portavoz finalmente pide silencio e indica que se trata de una decisión consensuada y profundamente meditada y que por tratarse de una situación delicada prefieren no hacerme pasar un mal trago.

Me levanto, todo el mundo me mira, nadie me mira, me subo en la mesa, estiro mi falda y empiezo a caminar de un extremo a otro, les pido que voten…

FIN

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