EL INGREDIENTE SECRETO DE LA ABUELA

EL INGREDIENTE SECRETO DE LA ABUELA

Rodrigo se encuentra sentado a la mesa, esperando que su abuela le sirva algo de merendar, ella sale cargando encorvada como si el pasar del tiempo se posara sobre su espalda, llevando una taza con café y una concha en un plato, lo coloca frente a él, quien mira lo ofrecido y molesto reclama. Pero abuela ¿qué es esta porquería?

La abuela con tono tranquilo le contesta. ¿Porquería? (ríe) es lo que te doy, cada que vienes a visitarme.

Pues deberías cambiar el menú, ¿no se supone que todas las abuelas guisan rico?

Sin perder la sonrisa en su rostro, trata de suavizar la situación. Espera te voy a dar cajeta para tu pan, como te gusta.

Rodrigo, toma el plato con la concha, la observa y la avienta sobre la mesa. ¿No sé porque me molesto en venir todos los viernes a visitarte?

La abuela regresa con un frasco de cajeta en su mano, se dirige a la mesa y se sienta.

Pues yo creo que estas aquí, porque me quieres mucho… y tal vez, también por los pesitos que te doy cada que vienes.

Rodrigo molesto se levanta rápidamente de la silla. ¿Qué dices? ¿Que solo vengo por tu dinero? mejor me voy.

Rodrigo se dirige a la puerta, se detiene un momento, voltea, y la cuestiona. ¿Qué, no vas a detenerme?

Sin voltear a verlo la abuela le contesta. No, si no quieres estar aquí, ¿qué puedo hacer?

Rodrigo se acerca a su abuela. Bueno ya me voy ¿me… podrías prestar algo de dinero?

La abuela sonríe, claro mi muchacho, pero siéntate un momento, y toma café.

Rodrigo de mala manera, se sienta, la abuela le acaricia una mano, él la retira y toma un trago de su café, lo saborea y da otro trago.

Abuela, en verdad que sabroso esta esté café, ¿qué le pusiste? sabe delicioso.

La abuela sonríe. Le puse un ingrediente secreto.

¿Pues qué ingrediente es ese Abuela? no vayas a salir con que el ingrediente secreto es amor.

A que mi muchacho, (Se levanta de la mesa) El ingrediente secreto, es…

Rodrigo impaciente. Hay abuela, dime cual es el famoso ingrediente secreto.

La abuela se dirige a un trinchador, saca algo de un cajón, lo coloca frente a Rodrigo. Este es mi ingrediente secreto.

Rodrigo lo observa. Pero Abuela, esto es un simple cubito de crema.

Exacto (ríe) además son gratis, cada que voy a uno de estos minisúper, los tomo sin que me vean. (ríe)

Rodrigo molesto reclama. Hay Abuela, pensé que sería otra cosa.

La Abuela se sienta y cuestiona a Rodrigo. Dime que piensas hacer de tu vida, ¿Cuándo piensas continuar tus estudios?

Rodrigo molesto, se levanta. Basta, porque siempre salen con lo mismo, ¿qué vas hacer de tu vida? que esto, que lo otro, mejor dame mi dinero para irme.

La abuela sonríe, mira el contenido de su taza y con tono tranquilo le cuestiona ¿Tú dinero? ¿Sabes lo que tuvimos que trabajar tu abuelo y yo para poder tener el dinero? ese que dices, tuyo.

Vas a empezar con el choro, de lo mucho que trabajaron tú y mi abuelo…. además, él ya se murió.

A que mi muchacho, ven, y tranquilízate.

¿Y cómo quieres que me tranquilice? si solo me hechas indirectas.

En un momento te daré el dinero, ese, que dices tuyo, pero antes escúchame con atención, porque de lo contrario no te daré nada, ni ahora ni nunca.

Está bien, te escucho.

Observa la foto que esta sobre aquel mueble, ¿La ves? Pregunta la abuela.

Rodrigo asienta con la cabeza.

Nos la tomamos tu abuelo y yo el día que le dio el infarto.

Rodrigo le pone atención. ¿Qué paso ese día?

Ese día dimos un paseo por la alameda lugar donde nos conocimos, por la tarde regresamos a casa, nos sentamos en la sala a descansar, me dijo, Susana, tengo que decirte algo.

Dime ¿qué te dijo mi Abuelo?

Me dijo, gracias, de ser mi compañera, de haberme dado una hermosa hija quien nos dio a ese maravilloso nieto. (Solloza)

Rodrigo se levanta y abraza a su abuela. él era un gran tipo.

La abuela continúa hablando con tono tranquilo.

Después de un rato me quede dormida en el sillón, hasta que me despertó tu abuelo para decirme que ya estaba la merienda, me levante y fui a la cocina se acercó a mí, traía una taza con café, lo probé, era el café más delicioso que había probado, cuando voltea a preguntarle que le había puesto, el caía al piso fulminado por un infarto, (Solloza) me agache abrazarlo para no dejarlo ir, pero era tarde.

Rodrigo limpia sus ojos humedecidos por las lágrimas.

La abuela deja de Sollozar y se dirige a Rodrigo. Por eso quería que supieras que eres una persona muy especial, para tu abuelo y para mí y no importa lo que hagas o dejes de hacer, siempre te amaremos.

La abuela mirando hacia arriba. Creo que ya es hora. Se levanta y sale del comedor.

Rodrigo mira a su Abuela como no entendiendo lo que sucede, oye que tocan la puerta de entrada, la abre, entrando rápidamente Juanita su madre.

¿Dónde estabas?

¿Pues qué pasa mamá?

Tu abuela, fue a visitarme hoy, cuando estábamos platicando en la sala le dio un dolor fuerte en el pecho y se desmayó.

Rodrigo desconcertado. ¿No entiendo?

Juanita lo interrumpe. La llevamos al hospital, pero murió en el camino. (Solloza)

No puede ser, si yo… (Rodrigo se dirige a la puerta del cuarto de su abuela, se asoma retrocede unos pasos y cae sentado en la silla del comedor por la impresión) No hay nadie.

Vámonos hijo, tenemos que ir a donde está tu abuela.

Rodrigo se levanta, voltea y observa la taza que le había dado su abuela, se dispone a salir de la habitación se detiene y grita. Abuela, ya descubrí el verdadero ingrediente, y en verdad era AMOR.

FIN

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